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Siempre tuve una vida muy fácil, dentro de lo que cabe. Desde bien pequeño fui a colegios privados, siempre me compraban lo que quería y me llevaban a todos sitios.

En mi infancia, mis sueños se vieron muy afectados a causa de todos los caminos que me podía permitir. Quise ser veterinario, científico, bombero, policía, incluso astronauta... nunca tuve nada claro. Pero la verdad, los colegios privados no servían para nada, allí solamente me trataban como un rey por tener dinero y yo quería algo realista. Quería que me tratasen como a todos, no quería tener la vida solucionada, me quería trabajar algo. Así que cuando tuve 11 años hablé con mi madre.

-Mamá- llamé la atención de mi madre. Con mis padres habíamos llegado al acuerdo que yo elegiría el instituto que yo quisiese a causa de mis buenas notas- ya sé a que instituto quiero ir- saqué un folleto. INSTITUTO PÚBLICO DE DAEGU. Mi madre quedó mirando el folleto un largo rato.

-¿Y bien?- traté de que volviese a la tierra.

-¿Porqué?- sonó más sorprendida de lo que parecía.

-¿Porqué, qué?

-¿Porqué quieres ir aquí y no a uno que realmente te sirva?

-Creo que este me servirá más que ninguno.

-¿Porqué?

-Mamá, quiero que me valoren por lo que soy no por lo que tengo. En los privados me trataban como un rey solo por tener dinero, si hiciese falta cambiarían los libros solo para que dijesen que yo tenía razón y yo así no puedo ni aprender ni demostrar nada. Mamá quiero merecerme ser alguien...- mi pequeño discurso conmovió a mi madre.

-Está bien hijo, pero por favor, no decaigas. Si de verdad quieres ser alguien y merecerlo, demuéstralo.- Mi cara se iluminó, por fin tendría compañeros normales, estudios normales y profesores normales.- Mañana irás a inscribirte.

Al día siguiente, cuando fui a conocer el que sería mi nuevo instituto, parecía un niño en una tienda de dulces. Mis ojos estaban deleitándose con lo que era un instituto de verdad. Con sus pinturas, sus decoraciones, sus trabajos expuestos...

Cuando mi padre fue a secretaría a rellenar los papeles a mi me dejaron ir a visitar el resto del instituto. Estaba prácticamente vacío a excepción de algunos niños y padres que irían a hacer la inscripción.

Mi vista pasaba por cada rincón del edificio, era realmente alucinante. En el otro instituto era impensable tener algún tipo de decoración animada o las aulas con dibujos y arte hecha por los alumnos. Iba tan emocionado con aquel sitio que olvidé no ser el único ser en la tierra, así que choqué contra un chico que estaba de espaldas haciendo que tirara todos sus libros.

-Mierda- dijo él y se giró. Me quedé de piedra.

-L-lo s-sien-nto- Mis ojos expresaban terror. Además de ser notablemente mayor que yo, no por mucho, tenía un aspecto que imponía mucho. Era algo más alto que yo, aparentaba ser muy delgado y tan blanco como la nieve, resaltando su pelo negro intenso que le caía sobre sus ojos, conjuntando con su ropa. Sus ojos transmitían enfado y desapruebo. Me agaché para ayudarlo- toma, soy Jimin- dije devolviendole sus libros, mis ojos miraban el suelo, pues no podía sostener su mirada.

-¿Qué coño estabas mirando?- escupió, me quedé boquiabierto.

-Y-yo, y-yo...

-¿No sabes hablar?

-Sí-dije casi de un susurro.

-Agh, déjalo, mira por donde vas, joder.- se fue. Qué chico más desagradable ¿Quién sería?

Ya cuando empezó el curso descubrí quién era: Min Yoongi, un alumno que no destacaba en nada, nadie le hablaba y faltaba muchísimo a clase.

Las veces que venía estaba solo y me sabía realmente mal.

Pensé que sería tan desagradable con la gente a causa de como lo trataban ¿o habría sido siempre así?

Decidí investigar más.

Durante los años que estuve en clase lo vi muy poco, no entendía bien porqué estaba apuntado al instituto si casi nunca asistía.

Siempre intenté tener buenos gestos con él. A pesar de  ser mayor, había repetido, así que iba a mi clase, yo siempre trataba de pasarle los deberes, apuntes y demás. Normalmente los tomaba, pero siempre repetía que no buscaba amigos y que lo dejase en paz. Esto se debía a que cada vez que le daba alguna cosa le decía de quedar para ayudarlo y tal.

Él sabía mis intenciones, sabía que buscaba ser su amigo.

Min Yoongi podía ser muy desagradable, pero yo quería descubrir qué había debajo de esa coraza de tipo duro. Sabía que había algo más.



Save Me [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora