"Ahora está mucho tiempo con ese delincuente"
"De seguro ya se droga junto con ese músico"
"Escuche que alguien los vio teniendo sexo en el baño del edificio de música"
Eran los rumores que empecé a oír a principios del siguiente semestre, las miradas que recibía eran igual de curiosas que antes pero no sentía lo mismo. Antes podía ignorar los rumores y las habladurías de las personas pero ahora estaban metiendo a otra persona, a JaeBum.
A mi JaeBum. Y eso me tenía furioso.
Sentí una mano jalarme hacía el gimnasio mientras me llevaba casi a rastras, el enojo pasó rápidamente a miedo. Unas chicas me azotaron contra la pared, parecían peligrosas.
"Sabemos que solo eres un mojigato más, así que quítate de su camino, quieres?"
"Príncipe? Tch, solo eres un nerd con cara de chica, de seguro eres una zorra"
Me gritaron muchas cosas, insultos en su mayoría antes de empezarme a golpear con unos palos, ¿que podía hacer? No podía golpearlas, eran chicas—muy rudas y fuertes—pero chicas al fin.
"Deja a Im, quieres? El es un chico malo y tú eres una perra con complejo de príncipe"
"JaeBum no es ningún chico malo! Maldición!, el es más como un príncipe que yo así que dejen de decir tonterías" escupí con veneno en mis palabras. Odiaba con todo mi ser los rumores sobre el, nadie lo conoce, entonces, para que decir tanta basura?Un golpe más fuerte que los demás hizo que diera un salto en mi lugar y cuando volteé, Jae caminaba hacia donde estábamos, su mirada chorreaba hielo, su mandíbula apretada.
"Vuélvanlo a tocar y sabrán lo que realmente es un jodido chico malo, no tendré consideración aunque sean mujeres" era un tono que nunca había escuchado, arrojo uno de los palos que tenían las chicas y ellas huyeron de ahí. "Perdóname Jinnie, todo esto es mi culpa" su voz volviendo a la normalidad y mirándome con sus lagunas oscuras llenas de preocupación. Mi miedo se fue y me llené con el calor de los brazos de Im."Así que soy un príncipe, eh?" Dijo, burlón.
Ahora si estaba jodido.
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Mi príncipe [Bnior]
FanfictionLos rumores no se igualaban para nada a lo que de verdad era su personalidad, amargado, tímido y reservado no coincidían para nada en la descripción de un príncipe. Mínimo los rumores sirvieron para encontrar a el suyo.