†PEQUEÑA‡INTRUSA†2//DIABOLIK LOVERS//EL PRINCIPIO DEL FIN

"可ピツォ３３"

Capítulo Final

"Omnisciente"

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Habían pasado meses desde aquella vez y como se esperaba la criatura dentro del vientre de aquel pequeño ángel crecía cada vez más, eso ocasionó que todos quisieran matar al rubio, pero por otro lado la atención y el cuidado fue incrementando en la chica, no había nadie que no estuviera cerca de ella.

Aquella chica era protegida por cada uno de ellos, cuando los Tsukinamis se enteraron corrieron hacia ella y el menor de ambos estaba decidido en rebanar y descuartizar al mayor de los Sakamakis.

-Solo la dejamos una semana Carla, ¡una semana! Y ahora nos dicen que esta gestando, ¡¿dónde está ese idiota durmiente?!.-Shin buscaba con la mirada al rubio.

-Shin...-susurró la chica.

-Calma Shin.-habló Carla.

-Gracias nii-san.-habló la ojicarmin.

-Si alguien lo va a matar ese seré yo personalmente.-Sentenció el albino.

-Carla... Dejenlo ya tiene mucho con sus hermanos para que ustedes también quieran matarlo.

Y así corrieron los meses, el padre y líder de ambos clanes al enterarse se podría decir que voló a ver a la chica y a todos los demás.

-Mi niña...¡ Estas bien!.

-Eres un mal padre, ¿por que no as venido a verme antes?.

-Lo siento pequeña.

-No te sorprendas ese viejo es así.-habló Ayato.

-Lo bueno es que estas bien hija.

-¿Acaso tu sabrías lo que iba a pasar?, por eso no estas sorprendido ¿verdad?.-preguntó ella.

-No lo se todo, yo no sabia.

-Bueno, ahora seras doble abuelo.

-Estoy tan feliz.

Y así pasaron y pasaron los días hasta convertirse en meses, el rubio apenas se alejaban de la chica se acercaba a cuidarla y verlar por ella, sin duda los antojos y nauseas constantes le molestaban en momentos, por un lado comprendia muy bien por lo que paso Yui.

-Haruka, ¿estas bien?.

-Tranquilo Yuu, no pasa nada.

-Si quieres algo pideme lo que quieras.

-Esta bien.

-¿Sabes como lo llamarás?-preguntó Yuu.

-No lo sé, aún no pienso en ello.

-Yo podría ayudarte si es que lo quieres.

-vale gracias.

Y mientras los días del último mes se iban la preocupación crecía más en ella, ya no faltaba mucho para tener a su pequeño o pequeña en brazos.

-¡¡Shu!!-el gritó de la chica fue por cada rincón de la mansión.

Cuando él llego desesperado a verla esta estaba llorando.

-¿Que sucede? ¡¿estas bien?!.

-Se rompió.

Habló mientras lagrimeaba.

-¿Que?.-preguntó con duda acercándose a él.

-Rompí el pequeño listón que me regalaste.