Precipitaciones de calma

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Es tu trémula voz contra la noche
Que entre el amargo llanto emerge
Pues la negra espuma de tu boca,
Golpea incesante en canto verde
Al infinito complejo de la roca.

Sea así el calar ¡oh! Ira detonante
De tu pesado frío canto sosegante,
En la calma inmediata de mi alma
Por tus miles de porciones oscilantes.

Espera mi espíritu benevolente
Que no escape de tu manto viejo,
Y mantengas a raya helada al ciego
Pecho profundo que jamás miente.

El temblor gélido mis labios no esconden
A tus de hielo líquidos fragmentos
Que dichosamente entero acogen
De tu cuerpo mi maldito ser ajeno.

Brindame así entonces, pues no tengo
La vida que sólo me otorga tu riego.
Que me mate, me ame, me enjuice
De mi dolor tu rigor duradero.


Sonetos de un AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora