Brown hair.

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La luz del sol escabulléndose por la ventana, la habitación impregnada con el olor de la pintura, y un pintor terminando una de sus tantas obras.


Tan solo le quedaba terminar algunos detalles, y otra de sus tantas obras exitosas estarían terminadas.


El Rey de Rojo pintaba con precisión y concentración, no escapándosele ningún detalle.


La forma en que movía su mano mientras el pincel dibujaba era excepcional, única. Sólo alguien como él era capaz de dibujar de esa manera, y por lo mismo es que era conocido, porque su estilo tan particular llamaba la atención, su talento innato había sido lo que lo llevó al éxito, y se sentía orgulloso por eso, y quién no, si él se hizo conocido por su talento, y, es más, se sentía feliz por haber logrado algo gracias a sus atributos.


Pasó por última vez el pincel por el lienzo y ya dio por terminado otra de sus obras. La observó por unos segundos, cerciorándose de que no le faltara ningún detalle.


La obra estaba obviamente pintada de rojo, y con aquel color que solía ser muy llamativo y colorido, RenJun sabía cómo cambiarle la forma de verlo, haciendo que el color carmesí diera a interpretar otra cosa.


El cuadro tenia plasmado en él el retrato de perfil de un chico, siendo prolijo en cada uno de los detalles de su rostro: ojos almendrados, nariz casi perfecta, labios rojos y mentón pronunciado. A su alrededor había rosas de distintos tonos de rojo, algunas estaban más pintadas, otras tenían degrade, u otras, simplemente estaban contorneadas. Éstas eran pequeñas, pero le daban un toque particular a la pintura que era magnífico. No era para menos, todo esto había salido de la mente de Huang Renjun, el pintor más talentoso.


Sobre la cabeza del chico tenía dibujada una linda corona de rosas que combinaba perfecto con su cabello desordenado y perfectamente detallado. El personaje estaba con los ojos cerrados, lo que le daba a la pintura un toque especial que hacía que el lienzo se viera completamente etéreo y sublime. Una obra maestra, creada por un artista excepcional.


Lo llamó "El Príncipe de las Rosas" por una razón muy especial. "El Príncipe de las Rosas" no era un simple personaje sacado de su mente, sino que se metió en su cabeza, y no podía dejar de pensar en él. La forma en que sus labios dibujaban esa sonrisa única, la manera en que sus mejillas se ruborizaban cuando él lo miraba más tiempo de lo normal, la forma en que sus largas pestañas se movían cuando pestañeaba... RenJun no pudo evitar memorizar cada detalle de precioso rostro, porque apenas lo vio, supo que caería rendido a sus pies. No RenJun, sino que él.


Las rosas no estaban ahí porque sí tampoco, sino que tenían un significado tan profundo como aquella pintura. Las flores sobre su cabeza lo representaban a él, ya que las rosas son tan sublimes y preciosas, que calzaban perfecto con él. Y las rosas pequeñas alrededor del retrato representaban el sublime y tierno amor que RenJun sentía hacia ese chico, y con esta pintura le decía que nunca lo olvidaría.


Porque un día conoció a Na JaeMin, y supo que algún día él sería parte de una de sus obras de arte.

the art of blood ー norenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora