Capítulo 6

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-¿Es esto realmente necesario? - pregunta aburrido.

El señor oscuro lo mira y casi puede escuchar los engranajes de su cabeza chirriar mientras se mueven cada vez más rápido, alcanzando una velocidad casi vertiginosa y peligrosa, llevado por la histeria causada al escuchar que aquel desquiciado adolescente llevaba un trozo de su alma.

-No era necesario que me metieras en una esfera protectora ¿sabes? Digo, he sobrevivido a la maldición asesina, a mis tíos, a la prueba de los tres magos y no nos olvidemos de lo más importante, al Dark Vleider de la comunidad mágica.

-¿Quién?

-Obviamente me refiero a ti - se recuesta en la esfera esperando que la locura del peor señor oscuro jamás conocido milagrosamente mengue.

Milagrosamente porque no iba a pasar, era como pedir que el sol saliera de noche y la luna de día.

Los pasos nerviosos se vuelven a escuchar, siente el picor de la irritación cubrirlo y casi saca su varita para maldecir al causante de su encierro, lo habría hecho si no le hubieran arrebatado la varita antes de enjaularlo en lo que parecía ser una pompa de jabón.

Un par de minutos más tarde sucedió lo inevitable, el azabache se aburrió.

Oh, fue la tarde más horrible del señor oscuro hasta que se cansó y pasó a ser la tarde más horrible de sus mortifagos, quienes aseguraron más tarde que preferían ser castigados por su lord a pasar la tarde con un Harry Potter aburrido.

¿Cómo se consigue destrozar con maravillosa facilidad la mente de los magos oscuros? El elegido lo tenía claro, solo hacía falta contarles un poco sobre lo que pasaba por su mente y entonces saldrían huyendo aterrorizados como pequeños ratones que escapan de un destino fatal.

No consideró que fuera para tanto, no les había contado nada relevante, aunque quizás hablarles sobre cómo su profesor de pociones quedaría perfectamente debajo de su padrino no ayudó demasiado.

Pero vamos ¿Quién iba a saber que los mortifagos en realidad se pasaban la tarde arreglandose constantemente? Cualquiera pensaría que en vez de pintarse la uñas estarían maquinando planes maquiavélicos, nadie le creería si dijera que lo único que planeaban era arreglarse el pelo de una u otra manera.

Decepcionante, era lo único que podía decir.

Bueno, quizás no estaba siendo del todo sincero pero el aburrimiento hacía mella y había acabado convenciendolos de que el peinado que llevaban era horrible y que debían cambiarlo, no le había tomado más de media hora convencerlos de ello y ahora casi parecían neuróticos por ello.

Miró al que parecía ser el mortifago más joven, estaba con la mirada perdida como si lo hubiera traumatizado, exagerado.

Por suerte sabía hacer invocaciones sin varita, así que una vez que aburrió de estar allí hizo que su varita apareciera a su lado y como todo el mundo estaba demasiado ocupado para prestarle atención fue a ver a su ahora quizás no tan enemigo el señor oscuro.

-Hola -canturrea entrando al despacho del señor oscuro con la varita moviéndose entre sus dedos con gracia - ya volví de mi encierro momentáneo y estoy muy aburrido.

-¿Cómo has conseguido tú varita?

-Se hacer unos cuantos truquitos, nada importante - se encoje de hombros restándole importancia - ¿Qué son esas cosas?

- Estos son mis otros horrocoux, si tú sabes que eres uno de ellos Dumbeldore también sabrá de la existencia de los demás, es peligroso dejarlo a su alcance, solamente falta el diario el cual le dejé a Lucius.

-Uy - sonríe nerviosamente hacía el señor oscuro - quizás, por casualidad, sin querer, por defensa propia, para salvar a una amiga, par...

-¡Callate y habla! - se lleva una mano a la frente con estrés.

-Puede que tú diario terminará en Hogwarts y para no morir terminará apuñaladolo con un colmillo de basilisco - levanta las manos en son de paz - no puedes culparme por ello, si no hubiera estado en allí no lo habría roto.

-¡Lucius!

Oh, oh.

Lentamente sale del despacho y se aleja completamente pálido, hasta que lo ve y él lo ve a él.

-Buena suerte.

Le sonríe nerviosamente y escapa de allí, estaba más que muerto, pobre hombre.

-Potter - el otro rubio aparece ante él y suspira, lo que quería era escapar de allí no que apareciera la copia enana del otro hombre.

Aunque fuera más alto que él mismo, lo cual le parecía una completa desgracia.

Cogió al rubio de la muñeca y comenzó a arrastrarlo ¿Lo que estaba a punto de hacer se podía considerar secuestro? Le restó importancia a esa pregunta, después de todo ahora era un fugitivo y el rubio un servidor del señor oscuro, probablemente a nadie le importaría lo que hicieran.

-¿Qué estás haciendo?

-Te estoy secuestrando.

-¿Cómo? - antes de que el rubio pudiera reclamar se aparecieron en otro lugar, dejando solo una pequeña nota en el suelo que ponía "vuelvo en un rato, me llevo a Malfoy".

No estaba seguro de si alguien la vería pero había dejado una nota y eso bastaba.

-¿Dónde estamos? ¡¿Te das cuenta de que estas siendo perseguido por el ministero?! ¡¿Eres un prófugo?!

-Si, si - se dirige hacía una casa ligeramente deteriorada - bienvenido a una de las propiedades Potter.

Ya podía escuchar las palabras malsonantes del heredero Malfoy brotar para maldecirlo por llevarlo a un lugar como ese, pero las palabras se atascaron cuando pasaron las barreras, una gran e imponente casa de campo se apareció dejando atrás la imagen de la pequeña casa de antes.

-Nadie la conoce, nadie sabe que existe por lo tanto es cien por cien segura, sin peligro de ser localizados ni por el ministerio, ni por los mortifagos, ni por los muggles - se acuesta en uno de los sofás aterciopelados - ubicado en una zona remota muggle, protegido contra magos y perfectamente escondida.

-¿Para qué querría una familia de la luz esconderse tanto?

-Por muchas razones, como para traer aquí a los squibs, los visitaban y pasaban las fiestas con ellos, no los abandonaban o también cuando querían matarlos por sus riquezas, ya sabes, personas sedientas de poder y envidia.

-Todas las familias sangre puras pasan por ello - asiente comprendiendo.

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1016 palabras

Insertar aquí excusa por tardar tanto: estoy literalmente en media crisis por que no puedo escribir lo que se me ocurre, me esta costando expresarme y no sé por qué ;-;

Hasta las narices [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora