Cap. 6

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Solo una semana, tan solo una bendita semana y Karma lo había descubierto. ¿Cuanto sabía? ¿Se percató de mis objetivos? ¿Qué acciones tomará? todas estas preguntas y más rondaban la mente de Nagisa mientras mostraba su expresión de asombro a un serio Karma , su corazón latía a mil por hora. 

Trató de apaciguar su expresión más su mente era un caos, se maldecía por ser tan descuidado, si su maestro lo vería en esta situación seguro lo golpearía hasta dejarlo sin huesos que romper. Tenía que pensar, revelar cuanto la otra persona sabía era lo más importante, tal vez así pueda salir de esta peligrosa situación.

Karma solo lo observaba causando un silencio incómodo, todos sus esfuerzos de relajarse se fueron al caño cuando el calor de su cuerpo comenzó a subir más y más.

<<Mierda>> pensó Nagisa. 

A la vida le gusta jugar sucio, y la verdad es que las desgracias no vienen solas, Nagisa solo entendía que este no era definitivamente su día, 

<<¿acaso el de arriba me odia?>>

Solo comenzó a temblar, la realidad de ser un omega lo comenzó a golpear, se envolvió cuanto pudo con sus brazos lanzándole una mirada suplicante al pelirrojo. Debía salir de ahí, la mayoría de invitados eran alfas, tenía sus supresores en su traje de oficina, solo debía volver al carro de Karma, pero es fácil pensarlo más es difícil el hacerlo.

Todos voltearon a ver la fuente de tal apetecible aroma, causando mayor temor en el corazón de Nagisa, justo cuando creyó que todos se abalanzarían sobre él, Karma lo cargó en sus brazos delicadamente y a pesar de ser un suave toque causó que el cuerpo de Nagisa reaccionara soltando un gemido.

"No hagas esos sonidos que de por si es difícil para mi el contenerme"

Karma envolvió a Nagisa con su aroma saliendo del salón para su auto, sin embargo no notó las miradas que ocultan planes siniestros.

Lo recostó en el asiento trasero y después de encontrar los supresores se los aplicó. Nagisa sintió su corazón temblar, jamás lo trataron bien en su celo. Su madre lo encerraba en su habitación inyectando dosis excesivas de supresores, lo insultaba constantemente pero eso aún no le satisfacía, por lo que no le daba de comer durante todo su periodo. Nadie en la organización refutó lo que su madre hacía aún si lo sabían, las otras veces en misiones siempre calculaba y no salía durante esos días, y los pasaba solo odiándose a sí mismo de rato en rato. Hoy en tan solo un corto momento pudo sentir la protección de alguién, no lo considero asqueroso sino que lo ayudó en contra de sus propios instintos. Sabia en el fondo que lo que comenzaba a sentir estaba mal, después de todo es parte de la misión pero, ¿quién podía culpar a Nagisa? 

Sintiendo lo que no debe sentir, esperando lo que no debe esperar cerró los ojos y se durmió en el asiento.

Karma lo observaba y cuando por fin cayó dormido soltó un suspiro profundo.

"Que bueno que se durmió o morirás desangrado"

Una voz con un ligero toque de picardía y burla se escuchó mientras los pasos se acercaban hacia Karma

" El cortarte la mano es algo extremo no crees" volvió a hablar cuando llegó al lado del pelirrojo mientras levantaba una de las manos de Karma, irritado el oji miel retiró sus manos.

"No molestes Pulpo, o hacia esto o me lo comía en medio del salón"

"Ehh, pero quien pensaba que ellos enviarán a su actual estrella para capturarme, si no me equivoco es hijo de Hiromi"

"Mmm" asintió el pelirrojo envolviendo su mano en unas vendas que le alcanzó el joven.

"Su padre era un buen hombre pero tenía un gusto pésimo por las mujeres, esa Hiromi es un demonio, pobre chico, ella debe haberlo criado bajo estrictas mmm... circunstancias"

La Estrella de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora