Capitulo 3

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Ambos se miraban como si buscaran cualquier pretexto para iniciar una pelea verbal, pero claro que Heechul era el que más impaciente estaba al tener que quedarse allí solo en esa habitación cuidando de un chico que de seguro había recibido casi todo en la vida, mientras que ellos tenían que luchar día tras día para lograr tener un plato de comida en la mesa

- Porque ese sobrenombre?

- De verdad siente curiosidad?

- La verdad no- sonrió Heechul- pero ya que no habla y parece un tipo con algún tipo de retraso mental, supongo que una pregunta fácil traería una respuesta aún más fácil, no lo cree?

- Vaya deducción viejo travesti

- Como me dijiste?- Yesung podía jurar que un tic se había hecho notar apenas dijo lo anterior, sonrió divertido al pensar hasta donde podía sacar de las casillas a ese tipo

- Tras de viejo, sordo también? Vea que pensé por esa cara afeminada que eras un poco más joven de lo que aparentas

- Un burro hablando de orejas, tampoco es que tengas del todo rasgos de hombre... más bien pareces una niñita mimada de esas que gustan de ir de compras y hacer babosadas con cualquier tipo... me desagradan

- Fobia a las mujeres? Por qué? Si pareces una?

- Dije que te callaras maldito emo

- Por lo que veo, voy a estar un tiempo aquí encerrado así que necesito de un juguete con el que me pueda divertir, y no habiendo más que un cara de travesti pues no es que tenga muchas opciones

Heechul molesto se puso de pie y sacando su arma le apunto justo en la frente, no era del todo tolerante y aunque sabía que si llegaba a lastimar a ese chico terminaría metiéndose en problemas con Kyuhyun, no iba a permitir que le siguiera hablando de esa manera tan irrespetuosa

- Yo de ti cuidaría mis palabras, no creas que porque eres el estúpido hijo del presidente voy a dejar que me hables de esa manera- Yesung con una sonrisa ladina se quedó mirándole y hasta entonces fue que Heechul noto en esos ojos algo particular

Ese chico no era como los demás mimados que solían estafar, esa persona era diferente, había algo que reconocía a la perfección y que solo había visto en una sola persona en mucho tiempo. Aquel chico no parecía ser de los que se dejaban intimidar, era orgulloso, prepotente...

- Peligroso- susurro sin ser consiente que lo había dicho en voz alta

- Peligroso? Que peligro puedo traer yo cuando no soy más que un niño mimado por su familia?- le respondió sin borrar esa sonrisa ladina

- Tienes la misma e incluso creería que más maldad que ese adicto

- Hagamos algo- hablo de nuevo- si no piensas disparar de una vez esa maldita pistola, quítala de mi cabeza que es algo molesto- Heechul al escucharle se sorprendió por lo dicho sin embargo enseguida empezó a reír como si le hubiera contado algún chiste mientras alejaba el arma y la guardaba de nuevo

- Sí que eres un caso especial- sonrió- haber... déjame adivinar... acaso eres tipo AB

- Eh? Eso que tiene que ver?

- Eres del mismo tipo de sangre, ahora entiendo porque me resultaste tan fascinante desde el primer momento en que te vi, nosotros no solemos ser unas personas normales

- Es mi impresión o me estas igualando contigo?

- Deberías sentirte honrado al ser alagado por el gran Kim Heechul!- afirmo sin dejar de sonreírle- es una lástima que no pueda divertirme un poco más contigo, al parecer Cho ya está por arreglar los negocios que hizo y una vez finalice, te entrega y el recibe el dinero

El hijo del presidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora