El Poder de Amarte - Rosita Lee

CAPITULO I / "La primera vez que te vi"

Año 2019 / en un lugar lejos de la ciudad 

De Nueva York

"La primera vez que te vi"

Jasón huía de su hermano quien estaba persiguiéndolo con todo el grupo para ser asesinado, tras pasar entre los árboles, corriendo y saltando, al saltar encima de un tronco en ese mismo instante escucho el pensamiento de alguna persona que al parecer se quejaba de alguna situación, Jasón al escuchar eso con su mente cayó al suelo siendo lastimado, levantándose con queja para seguir, él se concentra para buscar a su hermano a través de su poder, al parecer él pudo huir de su hermano quien se había desviado del camino al que Jasón huyo, no había nadie que lo ayudara las calles estaban vacías, y una de sus piernas estaba sangrando y sus brazos estaban maltratados con cortes y de más heridas.

Él se escondió en un almacén abandonado en donde pudo tranquilizarse ya que su hermano lo había perdido de vista, recorrió el lugar con una presión que cargaba durante toda la escapada buscando algún objeto que pueda ayudarlo, busco con la mente si habría algún botiquín o alguna variedad que pudiese ayudarlo a lo que supo que había unas vendas en algún lado de las grandes puertas del almacén él se dirigió a la primera puerta del lugar ya que supo que detrás de esa puerta se encontraba.

Jasón abrió la puerta y reacciono al ver que una chica de cabello negro con una chaqueta lo amenazaba en el cuello con una daga que parecía estar hecha de un material celeste bastante extraño pero que era una belleza verlo.

-Si te mueves cortare tu cuello –Amenazo la chica a la que Jasón desconocía.

-Te pido que te tranquilices, no quiero asesinar a nadie, te pido que no me veas como algún asesino, confía en mí –pidió el mismo.

-¿Cómo sé que puedo confiar en ti? –Pregunto la chica amenazándole aun con la daga extraña y mirándolo de una forma fría.

-Acabo de escapar del grupo de asesinos, estoy herido, solo necesito unas vendas –Le dijo Jasón a la chica mientras le enseñaba sus heridas.

-Es difícil escapar de ellos, puedes tomarlos –Le señalo las vendas y se alejó de el con la daga para que pudiera tomarlos.

Jasón vio las vendas, se dirigió a ellas y el los tomo, empezó a vendarse en las heridas que aunque no fueran tan profundas, tenía sangre y ardía con molestia.

-Ellos siempre cumplen a quien quieren asesinar ¿Cómo has logrado escapar de ellos? –Pregunto la chica.

-El líder de ellos, Thomas, es mi hermano mayor así que se sobre sus maneras de todo, y estos poderes me ayudaron a escapar de él, intente razonar con él pero fallé –Contaba Jasón frustrado.

-Cuando te vi entrar realmente sentí un escalofrió, son muy parecidos a excepción de que él tiene ojos verdes –Comento la chica de la que Jasón aun desconocía su nombre.

-¿Y qué haces en este almacén? Este almacén no es tan seguro lleva abandonado años –Pregunto Jasón.

-Salí corriendo de la casa en la que me hospedaba y llegue aquí, mis padres no pudieron venir conmigo –Respondió la chica.

-No te he notado enferma, ¿eres de los supervivientes con habilidades no es así? Lo he notado por tu extraña daga que brillaba de un color celeste.

-Así es, supongo que tú también eres de los míos –Respondió nuevamente la chica.

-Me llamo Jasón, Jasón Fassbender y ¿tú?

-Jemma, me llamo Jemma Acquafredda –Respondió ella.

-No eres de por aquí, ¿Cierto? –Pregunto Jasón con curiosidad.

-Vengo de Italia, vine a Nueva York por viaje familiar –Respondió Jemma.

-Nueva York era una ciudad muy bonita antes de todo esto, perdón que hayas tenido que vivir esto –Comenta Jasón.

-Esto afecto a todo el mundo, supongo que si me hubiera quedado en Italia hubiera pasado por lo igual, pero gracias –Dice Jemma ladeando la pequeña sonrisa.

-¿No estas herida? –Pregunta Jasón.

-Solo son pequeñas heridas, no te preocupes –Responde Jemma rozando su antebrazo.

-¿Estas segura? tu hombro está manchado de sangre –Pregunta Jasón tratando de ayudarla.

-Sí, no es un gran problema, ya me puse vendas hace unos momentos –Responde Jemma

Jasón ve sus visiones del exterior para asegurar si hay algún peligro, pero al no ver nada, pensó que ya es el momento de salir.

-No está bien que estemos mucho tiempo aquí, tengo en mente buscar un lugar seguro para empezar una vida nueva ¿Tienes algún lugar al que ir? –Pregunto Jasón.

-No tengo a donde ir desde que este desastre empezó, lo único que hacía era huir, estoy perdida –Responde Jemma apartando su vista a él.

-¿Te gustaría venir conmigo, podemos ayudarnos entre los dos para construir una vivienda segura?

-Yo... no lo sé -Jemma al pensar en todo lo sucedido estos días no estaba segura si quedarse con él, pero al final comprendió que no debería de estar sola, que la ayuda siempre funciona- Claro que iré contigo.

Los dos jóvenes salieron del almacén y comenzaron su camino para encontrar un refugio, al notar el ambiente silencioso, Jemma pensaba sobre los peligros que pudiese haber, Jasón comenzó una charla con ella.

-Tengo 17 años ¿Cuántos años tienes tú? –Dice Jasón.

-Tengo 16 años –Responde Jemma con una sonrisa.

-Y sin sonar mal, antes de este apocalipsis ¿Cómo iba tú viaje en Nueva York?

-Me la estaba pasando muy bien, la ciudad era muy grande y brillaba mucho, había mucha ropa y recuerdos que faltaban por comprar, y sus lugares eran increíbles, quedé totalmente encantada –Habla Jemma con una sonrisa en su rostro.

-Es bueno que te la hayas pasado bien en esos momentos, solía ir a patinar sobre hielo después de clases.

Los dos siguieron conversando acerca de sus experiencias, gustos y entre más cosas, fue de muy buena compañía.

Pudieron lograr llegar a Pennsylvania, pudieron encontrar un refugio por lo que pasaron ahí la noche, Jasón no podía dormir por lo que se quedó cuidando a Jemma, le pareció increíble en como una chica que apenas conocía Nueva York pudo sobrevivir.

Habían formado un dúo de compañeros que solo buscan un lugar seguro para comenzar una nueva vida, se ayudaban entre sí, Jasón conoció los poderes de Jemma igual que ella conoció las de él, durante meses que pasaron sobreviviendo se habían vuelto muy buenos amigos y un dúo inseparable, al igual que comenzaba a sentir un sentimiento mutuo.

- Rosita Lee