〔conquistarte ; emitteo〕

➳Capítulo 2.

Matteo, se encontraba tomando un licuado, viendo su celular, cuando de pronto llega la mexicana.

Él bufa:—¿Qué querés Emilia?

—Ya te lo dije Matteo, tienes que besarme para entrar a la pista —sonrió.

—Realmente no me importa entrar o no entrar a esa pista, hay muchos lugares donde puedo patinar sonríe sínicamente.

—No te creo nada —pone sus manos encima de la mesa—, Estoy cien por ciento segura de que te mueres por darme un beso.

—No es así. Ya te lo he dicho una y mil veces, tengo novia —la miró aburrido—, ahora, ¿me harías el favor de largarte?

La chica lo mira disimuladamente con dolor en su mirada, por su actitud con ella, simplemente quería conocerlo, y el se comportó horrible; así que, no se haría de rogar y conocería a la verdadera Emilia.

Se acercó peligrosamente y, como si Matteo fuese ciego, no notó cuando fue que juntó sus labios con los de él.

Matteo intentó empujarla, pero había algo que no lo dejaba, algo dentro de él que le decía que estaría arrepentido de separarse; así que, le siguió el beso.

Movieron sus labios al compás, Matteo se levantó de su asiento y, más cómodos, él puso sus manos en la cintura de Emilia, y ella en su nuca.

El beso comenzó a ser más intenso, abrieron sus bocas dándole paso a sus lenguas, movían sus cabezas de lado a lado.

Emilia se separó, dejando totalmente excitado a Matteo por un simple beso. Sonrió triunfante.

—Voy a conquistarte, cueste lo que cueste, duela lo que duela, vas a ser mío —y se fue, dejando a el italiano confundido, sintiéndose culpable por haberle hecho eso a Luna, y a la vez, feliz.