Septiembre de 2006

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James no leyó por completo el grueso fajo de papeles que le habían entregado y no lo haría en años posteriores, por lo que había podido observar en las primeras páginas el proyecto era ambicioso, enorme, costoso y según su criterio propio; innecesario. ¿Por qué gastar millones en crear un robot y mandarlo a marte en lugar de usar ese dinero para resolver los problemas en el planeta que habitaban actualmente?
Guardó sus pensamientos para sí mismo y firmó sobre las líneas punteadas que le señalaron.

Él nunca pensó que terminaría así, en la cúspide del escalafón militar pero atrapado en un rincón del mundo árido y clasificado a cargo de la seguridad del proyecto "Curiosity".
No era necesario externar que estaba decepcionado, pudo haber tenido un trabajo interesante y satisfactorio si solamente no se hubieran centrado en el honorífico " General de las Fuerzas armadas aéreas de los Estados Unidos" que estaba escrito junto a su nombre en los archivos del gobierno.

Si, había ganado todas y cada una de sus estrellas piloteando bestias metálicas de muerte, pero "Cielo" no era sinónimo de "Espacio", él poco o nulo interés tenía en lo que se encontrara más allá, en lo que hubiera arriba, lo habían entrenado para mirar hacia abajo, para fijar objetivos y disparar a tiempo.

Durante los primeros meses del proyecto descubrió que la situación apestaba más de lo que había pensado, pues el gobierno no firmaba para él y los pobres diablos a su cuidado jugosos cheques en blanco y permisos instantáneos como lo hacían para el Departamento de Seguridad Nacional.
Ellos tenían el dinero que querían para todas y cada una de las armas que se les ocurrían, a pesar de que muchas eran un completo desperdicio de fondos. Cuanta envidia les tenía, al menos el hombre a cargo de esa área se codeaba con genios en cuanto a la creación de armas se refería, con ingenieros capacitados para crear una bayoneta tan poderosa que pudiera reducir edificios pequeños a cenizas, para hacer cañones de precisión milimétrica.

¿Y que tenía él?

Un conjunto de ñoños en bata que andaban de aquí para allá escribiendo en pizarras y discutiendo entre ellos, James estaba seguro de que estos tipos habían sido en su juventud la clase de tontos que hacía beber de los retretes en la preparatoria.
Tres años, solo tenía que soportarlos por tres años, hasta que ese ridículo vehículo, estuviera listo y fuera lanzado a Marte, entonces renunciaría y podría hacer lo que cualquier veterano de guerra con tres dedos de frente haría; dedicarse a la seguridad privada, porque era mejor ser guardaespaldas de una mocosa mimada y plástica que vigilar a un montón de científicos exasperantes.

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