Segundo Enigma

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Fabián.

Desde que tengo memoria he buscado salir de los problemas, pero de alguna forma siempre soy atraído hacia ellos, a veces sin caer en cuenta, ya estoy envuelto en una red llena de enigmas.

Sin embargo, aprendí de mi abuelo a enfrentarlos con la frente en alto, él siempre me recordaba que lo más importante es tomar decisiones sin herir a nadie y lo tengo bien presente, suelo cometer muchos errores.. pero me preocupa no lastimar a nadie en absoluto.

Estoy harta de ti, sal de mi vida. Recordé sus palabras llenas de resentimiento.

Siempre supe que Leah se sentiría mal si yo me alejaba, intenté ser alguien bueno para ella porque no estaba del todo bien. Brice es la persona a quien más daño le he hecho, y a un lado de que lo diga, su sola presencia me lo grita haciéndome sentir una culpabilidad agria. Siempre busco hacerle ver que quiero estar bien con ella, sin llegar al punto de ilusionarla... no la odio, jamás podría estar molesto con ella porque el único responsable de todo este embrollo soy yo.

Tocan la puerta haciéndome regresar del revoltoso mundo de los pensamientos. Quejandome dejo los audífonos de lado y me levanto de mi cálida cama para enfrentarme al aire frío que entra al abrir la puerta.

Joshua es quien se presenta frente al marco de la dichosa y ruidosa puerta que volvió a desatar otra queja de mi parte, junto a la luz infame fijandose en mis ojos.

- qué delicada, Fabián.

Dice al verme aturdido. Todos los fines de semana, prácticamente sólo duermo y escucho música.

Oh, les presento a mi estúpido favorito, este tipo que tengo en frente es Joshua Mitchell, mi mejor amigo y la única persona con quien no me molesto cuando interviene en mi sábado de ocio.

- así me amas.

Sonrío divertido y él ríe golpeando mi hombro.

- quisieras.

Suelto una carcajada mientras le cedo la entrada como si fuera una doncella, él pasa tomando asiento en el sofá del living. Lo sigo y me siento a un lado suyo también.

- oye conserva tu distancia.

Dice corriendose un poco de lugar y entonces, aprovechando que quedaba en la orilla, lo empujo haciendo que caiga al suelo. Vuelvo a reír una carcajada y extiendo mi mano en su dirección para ayudarlo a levantar.

- agh, y yo que venía a acompañarte ¿sabías que todos están en una gran fiesta?

Protesta él.

- no me importa. Y tú tienes que estar siempre conmigo, soy tu prioridad.

Aclaro al esbozar una sonrisa altiva, él rueda los ojos con ironía.

- pues vamos a algún lado, para no parecer tan inadaptados.

Sugiero, entonces él se sobresalta un poco mientras su rostro reflejaba algo de sorpresa, pareciendo que tuvo un choque eléctrico de pronto, como si una idea brillante destellara su luz repentina y oportunamente sobre su cabeza (lo cual es raro porque a este tarado sólo se le ocurren preguntas tontas e irrelevantes, literalmente)

- conosco un lugar donde la comida es exquisita, ¡vamos!

Su semblante gradualmente se va convirtiéndo en uno serio, asiento lentamente interpretandolo.

- ¿cómo una cita?

Agrego yo, alzo ambas cejas y una sonrisa rebelde se dibuja en mis labios.. un recuerdo fugaz pasa por mis pensamientos desordenandolos un poco, la imagen del retrato que Leah hizo para mí, donde restregó mi gesto arrogante de una forma sutil, lo negué varias veces y ahora lo he repetido de nuevo, ironía. Sacudo mi cabeza descartando esas ideas inútiles.

LOS ENIGMAS DEL AMOR❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora