~III~

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Bajo del carruaje y soy guiada hasta cruzar una enorme entrada, y subir unos escalones, donde veo a mi progenitor juntos a un joven, me acerco y hago una leve reverencia en respeto.

-Majestad- digo con voz firme y elegante.

-Endereza tu cuerpo hija mia, hoy celebramos el retorno de la Princesa Anastasia Browning- dice desbordando orgullo y felicidad.

Exactamente, soy la princesa del reino de Soleil, y el Rey Alonso Browning IV es mi padre. Una vez que mi padre diera un gran saludo entramos al palacio, inmediatamente soy guiada por las doncellas a la que seria mi alcoba, debia cambiarme para estar lista para el baile en mi honor, entre las doncellas me quitaron mi vestido y me guiaron al baño, solo en ese gran espacio pude estar sola.

Retire la bata de mi cuerpo y me meti en la gigantesca tina, tome ese momento para pensar, pensar en lo que esta ocurriendo y divagar en mis memorias para recordar a quienes deje atrás.

En la mansión del campo, cada vez que me presentaban ante alguien me llamaban Lady Anastasia Lowell, con el apellido de soltera de mi madre, pero siempre se mantuvo en secreto mi identidad, solo contadas personas sabian al respecto.

Una vez que sali de la tina fui vestida, maquillada y peinada por las doncellas, solo era una muñeca para ellos.

Una vez lista, con un armado y glamuroso vestido color celeste con decoraciones blancas y doradas, me combinaron con unos tacones blancos, mi cabello habia sido recogido en su totalidad, no me gustaba ese estilo tan elaborado, siempre me gusto llevar mi cabello suelto o semi recogido.

La puerta fue tocada, pero fue una doncella que tras mi permiso fue a abrir la puerta, tras ella aparece mi tia, sonrio feliz de ver una cara agradable y conocida.

-Alteza- dice inclinandose levemente, detesto esto de las reverencias.

-Condesa, que agradable es verla- digo en modo refinado, ella sonrie orgullosa de mi.

-Alteza, es un honor para mi, se ve espléndida- dice con una sonrisa maternal en sus labios.

Logre tener un tiempo asolas con mi tia, deseaba abrazarla y pedirle que me llevara con ella, pero sabia que no podia.

Pasado los pocos minutos nos fue notificado que era momento de bajar y esperar que me anunciaran para hacer la presentación real ante la corte y las familias nobles.

Me ubico en mi posición, los invitados ya estaban en el salón, mi padre y mi hermano, sabia que tenia pero nunca comparti con él, ni se quien es, se encontraban en el salón.

-Su Alteza Real- comienza diciendo el anunciador, -la Princesa Anastasia Browning de Soleil- las puertas se abren y camino con elegancia y serenidad, aunque por dentro estoy hecha un manojo de nervios.

Bajo las escaleras y las reverencias lo primero que me reciben, me ubico a un lado de mi padre,y el chico junto a el me sonrie, a juzgar por su parecido con el Rey me hace pensar que es Rodrigo, mi hermano mayor.

El Rey da una palabras en mi honor yo solo me limite a sonreir un poco e ignorarlo descabelladamente, exacto, porque solo hablaba cosas buenas de mi, pero él no estuvo en ningun momento, en definitiva todo estuvo ensayado, y me dolio esperar un poco mas de él, soy una tonta.

Una vez terminada mi presentación publica e individual, sentia la mirada de todos sobre mi, en especial de los chicos jovenes, el chico que se parece al Rey se acerca y me sonrie con sinceridad.

-Sonará raro, pero un placer, soy el Principe Rodrigo Browning II de Soleil, tu hermano mayor.

Si sono raro, mi propio hermano se presentó con título, pero que podía esperarse en pleno baile real.

-Un placer, soy la Princesa Anastasia Browning de Soleil, su hermana menor- digo mientras inclino mi cabeza con respeto hacia el furturo Rey.

-Imagino te sentiras un poco incomoda- comenta, me impresionó un poco que usara un acento informal.

-No, he estado en reuniones y bailes de las amigas de la Condesa Isabella Lowell.

Se quedo un momento en silencio pensando en como hablarme.

-No es lo mismo, Alteza, este es un baile real en honor a su nombramiento como la Princesa de este reino, por lo que usted ha obtenido gran atención de hombres y familias nobles- lo mire intrigada, -se presento ante el reino como Princesa y soltera, por lo que en este baile deben haber gente que desee desposarla.

Lo mire incredula, -desposarme?- acaba de llegar, como era posible que ya a las personas se les cruzará esas ideas en la cabeza.

-Claro, siendo princesa y a tu edad de 17 años ya eres candidata.

-Está usted casado?- me atrevi a preguntar.

-No, pero estoy comprometido- responde, -en un año ascendere al trono, y debo estar casado para asegurar el nacimiento del proximo heredero.

Por esta razón detesto pertenecer a la realeza, yo tuve la fortuna de tener una infancia relativamente normal, pero aquí estoy, con un destino ya escrito.

-Despreocupese, el Rey no tiene pensado permitir que la desposen ahora, lleva toda una vida fuera del palacio.

Eso significaba ser princesa, ser un medio de alianza entre naciones y reinos.

Tuve que bailar con jóvenes solteros que me cortejaban, a pesar de la extraña relación con Rodrigo el estuvo muy pendiente de mi, y evitaba dejarme sola con aquellos hombres.

Después que el baile termino me despedí de todos incluyendo la Condesa, subi a mis aposentos seguida de mis doncellas, que me desvistieron,  retiraron el ostentoso peinado y maquillaje, me pusieron un camisón para dormir cómodamente, me acomode en mi cama y fui acobijada por ellas, una vez que se marcharon tuve una invasión de preguntas.

Si mi hermano está comprometido, por qué la chica no estuvo esta noche?
Me parecia extraño

Por qué el Rey me trajo de regreso después de muchos años?

Acaso planea un matrimonio arreglado?

Solo me trajo para usarme como estrategia?

Tanto me odiaba?

Bajo el TronoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora