¿Interesado en alguien más?, debía ser una broma. Era estúpido que la misma pregunta rondara por su cabeza un centenar de veces, pero dolía; dolía sin hallar la razón correcta para aceptarlo. No era más una sensación placentera, cada parte de él quemaba y aunque aparentaba tranquilidad, sentía por primera vez inmensa rudeza. Jungkook sollozaba mientras que trazaba pinceladas graves de tono carmesí, mostrando negatividad radiante en su semblante decaído.
Jimin era un idiota, y aunque no le dio la oportunidad de explicar el comentario fuera de lugar con la respuesta esperada, lo era, no había duda alguna. Quería olvidarse totalmente de aquella sonrisa, de sus ojos cristalinos, de sus labios rojizos potentes; quería olvidarse de aquel ser tan poderoso que paseaba sus manos con rotundo derecho sobre él, y todo se resumía en sufrimiento sin aparente motivo.
Gritó devastado aceptando que había caído rendido ante aquel demonio irreverente y completamente devastador, el ser más extraño que había conocido, aquel que le jugaba maldades y vistazos estremecedores. Odiaba el sufrimiento que le hacía sentir la insensibilidad de sus palabras, contenía arrebatos de ira y melancolía que se mezclaban con insensatez.
Un segundo bastó para que su estómago diera vueltas espeluznantes, manteniendo aquella respiración pausada sobresaltando sus pecho, intentando recuperarla con inmediatez; sus hermosos ojos marrones sollozaron una vez más para después quebrar sus rodillas e hincarlas sobre el suelo, golpeándolas con ferocidad. Lo intentó, pero no podía más, aceptaba el sentimiento de furia caprichosa sobre él, tomando un vaso de cristal y arrojarlo ante una decena de líneas mal hechas. ¿Qué iba a saber él del amor?, si ante ello venían emociones provocadas por despecho, asquerosa montaña rusa llena de diminutos espacios de felicidad efímera.
El único consuelo restante sobre la habitación era saber que su madre estaba fuera de casa, y que tardaría en hallar sospecha alguna de llanto incontenible. Aunque su cabeza daba vueltas, si lo pensaba más, la persona que poseía su interés debía sentirse con el honor más grande que alguien pudiese sentir, porque poseían arte, puro y celestial.
Jungkook negó incesante rogándose a si mismo detenerse, y poder citar alguna frase dentro del maldito cuaderno: "por favor, que alguien pudiera robarle el maldito corazón y construirlo de nuevo para que fuese apuñalado", pero que tuviese fuerza necesaria para resistir más maltrato.
Se rindió, ésta vez se limitaba con falsedad a ignorarlo, aquello que podía ver con claridad disminuía total y parcialmente.
Cerró levemente sus ojos, tragando con fuerza evitando el sabor a metal que rondaba sus papilas gustativas, provocando inundaciones monstruosas. Impulsó sus piernas colocando de pronto su mano izquierda sobre su cuello, mostrando la necesidad de arrojar aquello que su garganta pedía devolver. Se hallaba en pésimas condiciones, estaba débil y acabado por nada, estaba asustado por cada sensación que lograba abrumar su mente.
Cubrió sus ojos con ambas manos, soltando sollozos acumulados creando que su cuerpo se contrajera de manera impresionante. Tomó una bocanada de aire implorando una respuesta, pero su cuerpo no tenía condición, ni, intención de hacerlo, puesto que nuevamente su cabeza golpeó como aquella primera vez el concreto áspero, enseñando el cansancio y la debilidad que se apoderaban de él.
Únicamente por ésta vez, no tenía intención de proseguir culpando a alguien más, por su estupidez.
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ART 【ᴊɪᴍɪɴ + ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ】
Fanfiction❝ El poder de definir el arte basado en el cuerpo humano❞ 【 ᴊɪᴋᴏᴏᴋ 】