Punto de vista: Primera persona.
*Este one-shot será recortado en partes para placer mejor al lector.*Mi mirada está centrada en la cerradura de la puerta de mi apartamento. Trato de insertar la llave como puedo, pero mientras tenga las manos llenas de compras, dudo que podría hacerlo.
Tras un pequeño milagro del cielo, la cerradura se rige contra la llave y abre. Entro con rapidez, cerrando la puerta con la punta de mis botas negras. Camino rápido hasta la cocina y dejo las compras en la isla de la cocina. Suspiro con un poco de pesadez y dejo escapar un chillido, estirándome un poco. Empiezo a sacar la compra de las bolsas y las acomodo por la cocina, creando espacio. Al cabo de unos minutos organizando, botando cosas que ya habían expirado, termino de poner la compra.
Me encamino a mi habitación para tomar una ducha, pero el sonido del timbre me hace parar en el umbral de la puerta. Dejo escapar un suspiro hondo y camino hasta la puerta. Volvió a sonar el timbre y mi paciencia empezaba a acabarse. Realmente quería tomar una ducha, prepararme algo de comer para luego ver uno que otro capítulo de la serie que me había tenido hasta las tantas de la noche despierta.
Al abrir la puerta, mis ojos se agrandan, mis manos comienzan a sudar, mi corazón palpita con fuerza y mi mente comienza a batallar en como poder buscar unas buenas palabras para empezar a pelear.
"Hola." Me dice... cortante. Lo miro de arriba a abajo. Se veía hermoso, como siempre.
"¿Qué haces aquí?" Pregunté casi en un susurro. Mis cuerdas vocales parecían haberse tomado un gran viaje hacia las puertas del silencio.
"Vine a verte." Así sin más dijo. Mi boca hizo una pequeña mueca. "¿No me vas a invitar a pasar?"
"No..." Susurre, mirando al suelo para no enfrentarme a esos hermosos ojos azul que podían dejarme a sus rodillas en cuanto quisiera.
"(T/N), no seas así." Se adentró un poco dentro del apartamento y mi cuerpo retrocedió a sus pasos.
"Vete. Pensé que... habíamos dejado claro que no nos volveríamos a ver." Está vez, mi voz salió audible, hasta yo misma me sorprendí de que pude escuchar mi voz.
"Déjame pasar y hablaremos. Necesito hablar contigo." Murmuró. Suspiré mirando a un lado. Eché mi cuerpo a un lado y lo invité a entrar. Él entró con gusto y yo cerré la puerta, caminando detrás de él.
Lo veo observar mi apartamento con atención. Sus ojos miran la cocina, la sala, mira la habitación en el fondo del pequeño pasillo, la puerta entreabierta."Sigue igual." Dijo refiriéndose al apartamento. Asiento con lentitud y lo siento mirarme. Me observa con suavidad, con temor a decir algo que me hiriera.
"¿A que viniste, Andy?" Pregunto con otro suspiro más, pasando mi mano por mi frente y empujando hacia atrás los cabellos que reposaban en mi frente. Él mira ese acto y sus ojos emanan cariño.
"Tengo que hablar contigo, (T/N)." Se acerca a mi con lentitud y yo no me puedo mover. Al estar cerca de mi, me observa con atención y yo hago lo mismo. Miro sus tatuajes y veo que tiene unos nuevos. El piercing en su nariz me vuelve loca con solo verlo. Su pelo está echado hacia atrás, pero esto lo hacía verse más varonil y gentil, con un toque de sensualidad en ellos. Su ojos azules, sus labios adornados por otro piercing, una camisa blanca con una rosa en el costado izquierdo con sangre bajando de los pétalos. Unos pantalones negros apretados y unas botas de cuero adornaban sus pies.
Lo observo.
¡Dios! Me hacía perder la cordura. Quería que me besara, que me mantuviera en sus brazos mientras me mima. Quería que fuera mío. Solo mío.
"Sigues igual de hermosa." Dice en voz ronca. Mis mejillas tornan un color carmesí, pero pronto desaparece al recordarme de lo que había pasado entre nosotros.
Andy Biersack fue un amigo que había conocido por cosas de la vida. Sabía que era parte de una banda de rock llamada Black Veil Brides y que consistía de cinco miembros, incluyéndolo a él. Me había vuelto bien amiga con los chicos, e incluso me llegué a enamorar profundamente de Andy. Al verlo sonreír con sus amigos, hacer uno que otro chiste un poco subido de tono. Verlo cantar con entusiasmo las canciones de la banda. Observarlo como me explicaba sus planes en cuanto a Andy Black. ¡Todo me volvía loca!
Un día, sin poder pensarlo, sin poder frenarlo, caímos en la trampa. Caímos en una red que era tan difícil poder escapar. Nos habíamos besado, con amor y lujuria. Habíamos terminado en la cama, nuestros cuerpos sudando y moviéndose al compás del otro. Habíamos creado algo imposible, algo infeliz.
Aunque quisiera, aunque hubiese suplicado a mi corazón que lo olvidara, nunca pude. El yacía en mi corazón, y aunque mi mente pataleara, relinchara y le tirara con piedras a mi inútil corazón, éste ya no le importaba nada. Sabía muy bien que lo que habíamos hecho aquella vez estuvo mal, pero me había gustado. Me había encantando todo sobre él. Sus suspiros en mi cuello, la forma en como mordía el lóbulo de mi oreja, embestidas bestiales: todo eso era una condena. Pero una condena tan necesaria y apasionada.Al día siguiente de aquella noche de pasiones infalibles, me había despertado con un sentimiento de culpa que Andy rápidamente notó. Nos quedamos callados mirándonos a los ojos, ninguno de los dos decía nada, pero supimos lo que sentíamos.
Después de ese día, Andy y yo nos reprochábamos en la cama el deseo de los dos, bajo ocultos deseos y delirantes mentiras, nos enfundamos en cuerpos sudorosos, día tras día. Aun sin importar lo que pasaba por las mañanas, él regresaba con deseo y pasión por las noches, zampando besos prohibidos.
Uno de esos días llenos de placer puro, esperando por la llegada de mi amante apasionado, llega con una noticia que me partió el corazón.<< Le pedí matrimonio a Juliet. ¡Ella aceptó! >>
Lo dijo con poca emoción, una mueca saliendo de sus labios. Sonreí adolorida, reteniendo mis lagrimas con dolor, apretando a Andy cerca de mi cuerpo y dejando que su olor se impregne en mi cuerpo. Lo necesito. Lo necesitaba, pero eso ya no se podía asimilar de la misma forma.
Después de un beso fugaz, una conversación en silencio y un detenido adiós en la puerta de mi apartamento, habíamos prometido no vernos más y que todo lo que había pasado era parte del pasado. Con una sonrisa parecida a una mueca de dolor, nos despedimos de nuestra aventura prohibida y fogosa.
Al escuchar sus pasos dirigirse a las escaleras, mi cuerpo se detuvo contra la puerta con la esperanza de que volviera mientras mis lágrimas escapaban sin control. Caí rendida a mis pies cuando, después de varios segundos, él no volvió. Ni un <<te necesito>>, ni un <<te amo>>. Había caído totalmente enamorada de Andrew Biersack.
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Please don't. //Andy Biersack, One-shot\\
Roman d'amourVolver ahora que te olvido solo traerá desgracias. -100% por mi •One-shot -Romance •Drama