Parte IV

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Siento que mis rodillas tocan el suelo y el sonido de la lata de cerveza resuena en la sala mientras mi llanto ya era todo lo que se escuchaba. No era muy buena en cuanto a llorar. Me faltaba el aire y siempre terminaba en el suelo, tratando de buscar soporte. No me importaba si Andy me viera de esa forma, o si se hubiera ido, lo que más me importaba era que lo había dicho todo, y no quedo nada atrás. Excepto... mi cuarta fase, la cual por ahora, dudaba que saliera.
De pronto siento unos brazos alrededor de mi, acercándome a ello. Siento que pasa sus dedos por mi cabello suelto y trata de controlar el llanto rebelde en mis ojos y mi garganta. Minutos después, me había rebajado de lagrimas y ahora solo miraba la pared de color Aqua de mi cocina. Ni una sola palabra salía de mi o de Andy, y era mejor así.

Fase cuatro: Deseo

"Perdóname, Andy..." Comencé primero, alejándome de su abrazo y mirando al suelo. Me dolía la cabeza y el alcohol aún tenía efecto en mi cuerpo. Él me mira y roza sus dedos por mi barbilla, haciéndome estremecer. Me alza la barbilla y yo lo miro. Segundos después presiona sus labios con los míos y vuelvo a caer en un abismo infinito.
Mis manos van a su camisa negra de botones y la agarro con fuerza, creando un puño alrededor de esta. Sus manos viajan por mis hombros y una se posiciona en mi nuca, mientras la otra desciende hasta encontrar mi cintura.
De un movimiento rápido y un poco lento a la vez, se aleja de mi, los dos respirando un poco pesado. Él no se alejaba de mi y yo tampoco.

Volví a caer.

"Perdóname tú a mí. No debí buscarte después de lo qué pasó, pero te extrañaba y tenía que hacer algo. 3 meses, (T/N). Tres putos meses en los cuales lo único que quería era tocarte, besarte, mimarte y llevarte a la gloria. Amo a Juliet, pero también te amo a ti. No puedo elegir... No debería elegir, pero no sales de mi mente. ¡Maldición! Me vuelves loco, enana." Lo miraba a los ojos mientras me decía todo aquello. Entendí que no lo quería perder, pero era mejor tener que dejarnos ir para siempre que a condenarnos a los dos.

Mi mirada ilusionada se mostraba desde lejos, aguadas escaleras elevando al cielo musitando lágrimas calladas. No podía hacerlo, no mientras estuviese con ella.
Tanto amor en el mundo, tanto hombre o mujer en desilusión, y yo amando un hombre con esposas en su dedo angular.

"Volviéndote loco te he nublado la vista, Andy. Yo no puedo ser la causante de que tú te vuelvas infiel al amor de tu vida. Quizás pienses que yo lo soy, pero en realidad todo es una mentira, y tú y yo... no estamos destinados a estar juntos jamás en la historia" Bajé mi mirada, intentando retenerme a tirarme entre sus brazos y besarlo con locura, pero me limité, me mantuve quieta.

Lo escuché resoplar y soltar bastante aire mientras imaginaba cómo se pasaba sus largos dedos por su cabellera negra y liza. El silencio nos invade a los dos y el sonido de los carros pasar y las luces brillar el apartamento nos dejó con cautela.

No nos movimos, y no teníamos intención de hacerlo. De pronto el sonido de un teléfono sonando nos saco de la monótona lujuria. Mis ojos se encuentran con las manos de Andy coger su teléfono de su bolsillo y mirar la pantalla. Con una pequeña mueca de sus labios, contestó.

"Dime." Su voz me congeló al instante y no sabía como reaccionar.

"No... No volveré hoy." Sus cejas se fruncieron y otra mueca se escapó. "Y si estoy con ella, ¿qué?"

Estaba atenta a todo pequeño movimiento que estaba haciendo, escuchando con claridad que hablaban de mi.

"Juliet, por favor, no empieces. ¿No te bastó con botarme de la casa, ahora me prohibes hablar con mis amigos?" Mis ojos se agrandaron un poco y pronto entendí la razón de por qué estaba en mi apartamento tan tarde en la noche.

"No, Juliet..." Sus mirada se encaja con la mía y siento que algo malo va a suceder. Sus ojos atinan a mantenerse en contacto con los míos, tratando de decirme que me quede mirando sus ojos. "Ella no me gusta... Mi vida solo eres tú."

Mi corazón se rompe en pequeños pedazos y pronto siento como abro la boca para decir algo, pero la vuelvo a cerrar con inseguridad. Se escucha a Juliet decirle 'Te amo' en el auricular y yo ya sé lo que tengo que hacer, y lo que debí de hacer desde hace mucho tiempo.

Please don't. //Andy Biersack, One-shot\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora