Segunda Parte - Final

1.2K 70 169
                                    

Advertencia: este capítulo contiene lemon, así que pasa y disfruta.



No supo en qué momento se puso de pie y se colocó delante del azabache, sin pensarlo estiro una de sus manos y las colocó en aquel largo y delgado cuello, con el dorso de su mano comenzó una caricia en aquel lugar, llevando su mano de arriba hacia abajo de manera delicada y excesivamente lenta, cesó la caricia para únicamente con el dedo índice empezar a delinear aquel cuello, recorrer la pequeña y sutil manzana de adán del menor y descender hasta aquella clavícula para delinearla. Estaba maravillado, la blanca piel del menor era tan suave y cálida al tacto, ¿cómo es que había podido vivir hasta ese momento sin haber tocado la piel de aquel hermoso ser? Desde el principio de las caricias notó como el cuello y los músculos del menor se tensaron, y su pecho comenzaba a hacer respiraciones un poco más marcadas.

—H-hey, Dou-Doumeki, ¿qué rayos estás haciendo? — Escuchó decir al menor, el cual se notaba nervioso, tanto que incluso comenzó a tartamudear

Sabía que el oji-azul había dicho algo, pues notó el movimiento de sus labios, no obstante las palabras parecían no llegarle, estaba tan absorto en su tarea que todo lo demás parecía ajeno a él. Volvió a colocar su mano en el cuello de aquel menor, esta vez sus largos dedos tocaron parte de la nuca de su compañero, desvió la vista hacía su mano ya que la sintió ligeramente húmeda, diviso parte de aquel negro cabello y notó una gota suspendida en uno de sus mechones, lista para caer. Tomó la toalla que el menor sostenía aún en sus manos y la colocó en la cabeza de Watanuki, con ambas manos empezó a secar su cabello, su vista descendió a aquel rostro, observo esos hermosos ojos a través de aquellos anteojos, sin pensarlo los tomo entre sus manos y se los quito, botándolos en algún lugar de la mesa, importándole muy poco si llegaba a quebrarlos.

Así estaba mejor, luciendo esos enormes zafiros sin nada que los obstaculizase, los cuales parecían querer huir a su vista. Continuó observándolo topándose con aquellas mejillas ahora bastante coloradas, aunque ya no eran solo las mejillas, sino todo su rostro estaba completamente rojo, ya no estaba tan seguro qué se debiera a causa del baño. Fue un poco más abajo hasta topar con sus labios, aquellos labios poseían un hermoso color rosa, su labio superior era ligeramente delgado y el inferior algo más grueso, y ambos se veían tentadoramente carnosos, a pesar de ser un chico tenía una boca pequeña que parecía querer formar un corazón, se veía delicada, y no solo eso sino tremendamente suave, Doumeki quería comprobar si su teoría era cierta.

Por su parte el menor estaba hecho un manojo de nervios, ¿qué le estaba pasando a Doumeki? ¿por qué estaba actuando de esa manera?, quería preguntarle pero su boca no era capaz de emitir ninguna clase de sonido. Se envalentonó y dirigió su mirada hacía aquellos ojos esmeralda, pero al hacerlo sintió pánico. El moreno lo miraba de una manera que no lograba describir, nunca lo había visto de esa forma, pero sus alarmas dentro de su cabeza lo alertaron avisándole que no era algo bueno. Tenía que huir, alejarse lo más que pudiese de aquel lugar y de aquella persona, pero su cuerpo parecía no responder, como si sus pies hubieran echado raíz incapaz de despegarlos del suelo.

Sus alarmas volvieron a sonar cuando se percató de la cercanía que el rostro del moreno empezaba a tener con el propio, intento hacerse para atrás pero fue detenido por las manos del arquero, estas se colocaron en ambos lados de su rostro, negándole la huida. ¿Acaso iba a hacer lo que creía que iba a hacer?

Asustado Watauki intentó alejarlo colocando sus manos en el pecho del moreno para intentar empujarlo. —Doumeki, de-deten...— No pudo terminar su oración ya que los labios del mayor se habían estampado con los suyos, robándole así su primer beso.

Reflejo [Two Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora