Tercer día, del primer año en la secundaria.
Los minutos transcurrían lentos, mientras su mente no dejaba de pensar en lo aburrida que estaba resultando la clase.
A él le gustaba ir a la escuela e incorporar conocimientos, pero las clases de matemática, en particular, no eran sus favoritas. Le gustaba la historia, la literatura, las clases de inglés y también las de geografía, pero las de matemática ocupaban el primer puesto de sus más odiadas, justo por encima de las de deporte. Su otro karma.
Ese día estaba dibujando en el marguen de la hoja cuadriculada, luego de haber hecho un vano intento por concentrarse, cuando algo a su costado llamó su atención. Al girarse, se encontró con una compañera a la que se le acababa de caer el lápiz y lo recogía con rapidez, intentando llamar la atención lo menos posible.
La conocía bien, ella era la más inteligente de la clase. Habían cruzado palabras un par de veces, pero era casi imposible mantenerle una conversación. Ella solo reía o asentía, contestando con monosílabos que no daban pie a ninguna conversación.
No era algo de lo que se quejara, porque él era igual, pero ese día, algo hizo que la analizara más de la cuenta.
Ella era simple, una chica del montón, pero algo había diferente en ella, que lograba llamarle la atención.
Algo que su inexperiencia en el amor, no le dejó comprender.
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Fuimos culpables|✔
Historia Corta"Quizás lo nuestro era conocernos, pero no estar juntos..." Ella era complicada. Él era simple, pero no sabía arriesgarse. Ella estaba enamorada y no quería verlo. Él estaba enamorado y no podía dejar de verla. Ella no hizo el movimiento. Él tampoc...