"...perdona si encuentras una que otra lagrima en esta carta, pero no he podido evitar llorar en estos momentos.
Peter a llorado desconsoladamente en su habitación, su llanto podría entristecer y bajarle la moral a cualquiera.
La mañana estaba tan nublada como siempre y sin embargo, Pet caminaba con sus aires dulces de terremoto, en su comparación, yo sería algo así como un leve movimiento en ondas de agua, apenas perceptible para un microscopio. Y de repente, el terremoto infantil se convierte en una nube gris de gotitas congeladas.
A lo lejos, en una florería, su cliente favorito se encontraba en compañía de una muchacha hermosa de cabello negro con un flequillo blanco lo acompañaba con flores de nube. Pet se había enamorado de aquel cliente desde hace meses, siempre lo llamaba su ¨adicto a las chimichangas¨, siempre que o veía entre el público, siempre que se pasaba enfrente del local.
En cuanto volvimos del mercado, rompió a llorar y dejo que sus nubes grises se derramasen sobre sus mejillas de manzana. Derramo todas sus penas sobre el vestido de Tía May hasta terminar dormido entre sus tristezas..."