Proyecto Hopulus

2. Recuerdos

No la pude reconocer al instante, era Sarah un poco cambiada de lo que me había acostumbrado, pero ¿cómo?, mientras vagaba en mis pensamientos, ella se acercó lentamente para preguntar si podía ir a mi casa, estaba tan atónito, no solo por el hecho de que era Sarah sino también por su pregunta, por lo cual no tuve más remedio que asentir con mi cabeza, inmediatamente Sarah se puso su capucha cogiendo mi mano, empezamos a caminar llegando cerca de un estacionamiento, al darme cuenta de la seriedad de ella, pude deducir que algo malo estaba ocurriendo, en ese instante Sarah entra al coche y con la mayor naturalidad dijo.

- El gobierno está al tanto como yo, sabe que estas en Seattle, mas no saben dónde estás viviendo, ven con nosotros - en ese instante varias personas que no sabía que la estaban acompañando se asomaron levemente del carro, suficiente para yo poder percibirlos, pero no lo suficiente para que otros lo lograran - a California, es un lugar tranquilo, que dices. -

Lo pensé por un momento la idea de viajar no era de muy agrado, pero en esta situación mis opciones se reducen en este momento a dos, acompañarlos muy bien sin saber al fin y al cabo que me depararía el futuro junto a ellos o simplemente quedarme aquí o irme esperando que el gobierno me encontrara y pasara quien sabe que, después de pensarlo, le dije que sí, en sus ojos logre percibir un deje de tristeza, por cuanto la conozco (aunque al inicio no la reconocí) comprendo que hay algo que no me han contado, sé que algo anda mal, algo que a Sarah no le agradaba.

- Todavía desean ir a mi casa para consultar más sobre el tema o ya he obtenido suficiente información. - al momento Sarah se subió al carro y dijo- Solo sube, no necesitamos la dirección. - al momento de subirme cambie de tema, le pregunte a todos sobre donde anduvieron y que decidieron hacer después de lo ocurrido en aquella cabaña.

*-Meses atrás-*
Son cerca las 3 de la madrugada, después de un día y 4 horas de viaje por fin me dirijo hacia las montañas lejos de Los Ángeles, los chicos aún siguen dormidos, no me puedo quejar en este momento yo estoy más muerto que vivo, la ventaja es que nos encontramos muy cerca de nuestro destino, me metí por un atajo que conducía hacia New Orleans, después de 2 horas de conducción nos encontrábamos lejos de la ciudad y al intentar guardar el coche en una cueva cerca de lo que parecía una cabaña abandonada, choque contra una roca que estuvo fuera de mi vista y causando que Jackson gracias al movimiento brusco se le fuera el sueño.

- ¿Dónde estamos? - intentando despejarse lo más posible del sueño. - lejos del laboratorio, eso es seguro.

- ¿Cómo es posible que nadie más se ha despertado? - ahora que lo pienso el tiene razón, mas lo que dije fue otra cosa - no se han levantado aún por que tiene un sueño muy pesado, déjalos dormir, mientras tanto, ¿me acompañarías a revisar esa cabaña? - Señalando la cabaña que me pareció deshabitada.

- Hace poco me la encontré, por eso decidí aparcar aquí, quería saber si era seguro quedarnos a vivir en este lugar mientras encontramos una mejor opción.

- La verdad no es como que me vuelva a dormir, como si tuviera otra opción, pero si quiere me quedo sentando mirando al infinito esperando que Sherlock resuelva el problema que tenemos.

- Si por fuera lo hubiera llamado hace mucho tiempo, pero lamentablemente no tengo su contacto, por lo cual nos toca a nosotros adentramos en la cabaña, si no es problema lo espero adentro si deseas. - termine mientras salia del carro y me dirigía a la maleta para sacar algún implemento de utilidad para abrir la puerta y protegernos de algún ataque, sin mirar atrás me encamine a la puerta.*

Terminé de vagar por los recuerdos en el momento en que me dan respuesta a mi pregunta. - Buscábamos a más de nosotros. - La verdad no se como interpretar las miradas de todos en ese instante, puede que tengan miedo o estén felices, lamentablemente pasó mucho tiempo, me he de imaginar que no son los mismos, ya no se expresan de igual forma, y que me puede esperar ha pasado una gran cantidad de cosas que han de haber enfrentado solos.