Capítulo 3

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He pasado 7 años en Fairy Oak, que rápido ha pasado todo. Por ahora Phillipe, Lavanda y Cynara han vivido como Sin Magias, ahora es el momento decisivo de saber quien ha heredado los poderes de quién, a ver si me explico, Cynara, si es bruja, será una bruja de la luz, pero ¿Y Phillipe y Lavanda? Ellos pueden heredar sus poderes de alguno de los Corbirock, que son magos de la luz o de Pervinca, que es una bruja de la Oscuridad. Además al ser mellizos pueden heredar perfectamente la magia, esta vez ni Tomelilla ni Pervinca estarán preocupas por eso.

Han pasado siete magníficos años desde el nacimiento de los mellizos, aquel 20 de marzo, justo el Equinoccio de primavera de aquel año. La boda de Francis y Nepeta fue unos meses después, fue una ceremonia espectacular, lo curioso era que después de haber estado 15 años en Fairy Oak nunca había asistido a una boda del pueblo encantado. Nepeta llevaba un vestido blanco muy bonito y pomposo, también tenía una larga cola. La encargada de llevar los anillos fue Crisálida Corbirock, que irónicamente es hija de Salvia Rose y Ryan Corbirock. La muchacha tenía unos tres años, tiene una hermosa melena rubia que desentona con su cara pícara y atrevida en la que sus vivaces ojos marrones son protagonistas. Durante toda la ceremonia no se despegó de sus pequeños primos. Crisálida es una Bruja de la Luz, como no podía ser de otra forma, Nepeta se encarga de la educación mágica de la pequeña.

Durante este tiempo, Pétalo y yo nos hemos hecho amigas, también he conocido al hada de Crisálida, Situalegrestásmicorazónunhuelcodará, a ella la llamamos Cora, hay otras muchas hadas, Unanevadarosadesentonacomocualquierotra, (Desén), Negroazabachescondepeligrosindescifrables (Zaba), Corazóndeoroencierracorazónverdadero (Racora), etc. Todas las noches durante la Hora del Cuento, me dirijo a la casa de Pervinca donde le hablo de sus sobrinos, aunque a veces visito a Francis y le cuento las travesuras que ha hecho Lavanda junto a sus hermanos, sí, hermanos, en plural. Durante estos siete años, la familia de Vainilla se ha hecho más grande, han nacido Angélica y Enebro. Nunca me había encargado de 4 niños a la vez, ha sido una nueva aventura, cada día me sorprenden más. Lavanda es algo más alta que Phillipe, su pelo es castaño, al igual que Tommy, y sus ojos del mismo tono azulado que su madre. Su carácter es el característico de los Corbirock: travieso. Ella es muy desordenada, puedes encontrar más ropa suya en la silla y en la cama que en el armario, mientras que Phillipe es más discreto y ordenado, sus ojos son iguales que los de Babú, pero su cabello is igual al de Tommy. Lavanda no suele contar con su hermano para sus travesuras, pues no se le da muy bien mentir, y las aventuras se suelen acabar antes de empezar. Angélica tiene el color del cabello como su madre y los mismos ojos, le encanta tener sus cosas ordenadas, todas sus muñecas bien puestas en la estantería, los cuentos bien colocados en el escritorio. Angélica suele ayuda a Lavanda en todo lo que se le ocurre a la melliza, Enebro también las ayuda, pero prefiere jugar con sus juguetes y mirar las luciérnagas desde su ventana. Es rubio y, según dice la madre de Tommy, se parece mucho a su bisabuela Linaria, que también era rubia y de cara redonda como Enebro. La familia de Pervinca también se ha hecho un poco más grande, ha llegado Romero, es la viva imagen de su padre, rubito y con los mismos ojos, es igual de intrépido que sus padres, Cynara se parece más a su madre de físico pero su carácter es más parecido al de Babú que a el de Ví.

         “Dom” El campanario esta dando las doce, llego tarde a mi reunión con Pervinca, espero que este atareada y no se haya dado cuenta. Unos golpecitos en la ventana me distraen, es Pétalo, ya ha llegado. Vainilla abre la ventana del desván, que es donde se encuentra su despacho.

-Hola Vainilla -su mirada se posa en mí-¿Felí?¿Todavía nos has salido?

-Ahora mismo me disponía a irme, que tengan una buena Hora del Cuento-me despedí y emprendí el vuelo, la casa de Pervinca no estaba lejos, solo tenía que cruzar el callejón que conectaba la calle de los Almendros con la plaza de Roble, cruzar la plaza y entrar a la calle del Centauro. Iba volando lo más rápido que podía hasta que alcancé a Roble.

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