¿Quién era Valeria? Eso mismo me preguntaba yo; cada día, cada noche, entre lágrimas, entre risas, entre desesperación.
No conseguía saber quién era esa chica, y en algún momento quise no saberlo. A veces, me encontraba tan perdida, que encontrarme iba a ser una tarea difícil y decidía abandonarla.
Yo era Valeria, físicamente.
El interior, ese era mi gran problema, que no lo sabía.
Una noche, andando, me acerqué al faro, me colé entre las rocas, y solo a un paso hacia delante, tenía el mar, el bello y precioso mar.
Alguna vez pensé que se sentiría caer en el mar desde tal altura, era un idea que me carcomía la mente, sabía que no estaba bien, pero me contradecía constantemente.
"¿Qué está bien ahora?"
Decidí darme la vuelta y volver por el mismo sitio por donde había venido.
La breve experiencia de estar allí, en ese lugar, me había gratificado, me hizo sentir como si hubiera roto parte de las reglas.
Y claro, eso, a personas como yo, nos encanta, ya que muy poco somos de romperlas.
Llegué a mi casa, me quité las lentillas y me puse mis gafas granates, comí, vi un poco la televisión, y me eché a dormir con los cascos puestos.
Aquél día fue un lunes, había roto las reglas entre semana, pensé que eso era aún más emocionante, y bueno, estaba lista para empezar mi simple rutina sin romper las reglas de lo que me quedaba semana.
Pero en ese momento no sabía que ibas a llegar tú.
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Mariana
Teen FictionUn torbellino, no sé si eso te define como tal. Es más, eres indescriptible, solo sé que estás aquí, conmigo, acurrucada. Eres lo quiero, quise y querré; ayer, hoy, mañana y siempre.