Capítulo II.

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"¿Lo ven? Estoy comiendo bien, no tienen de que preocuparse..." Con asco, el joven ahora rubio tragaba aquellos fideos como si fuese lo más delicioso del mundo. Aquel hombre le miraba tras la cámara conectada a VLive, con enojo apreciaba cada acción que JiMin hacía, ¿por qué lo miraba con tanta desaprobación?, ¿por qué nunca podía tenerlo contento? Si bien, aquel hombre lo había acogido desde que era tan solo un niño que entrenaba y bailaba sin parar en la academia de baile en Busan, JiMin recuerda la mirada profunda de Lee sobre él y su cuerpo. 

Muy tarde se dio cuenta que sus padres, en un afán de volver a su hijo una estrella y vivir a base de sus ganancias. JiMin continuó hablando de temas banales que aquellas fans adorarían escuchar mientras leía los comentarios y tragaba saliva disgustado ante aquellos que decían cuan mal cantaba o lo ridículo que era al intentar ser "dulce" estaba sintiéndose parte de algo real, de un cariño verdadero cuando Lee le enseñó la muñeca signo de que era hora de despedirse. Lee había programado una junta para el muchacho y la compañía de guardaespaldas más privada de Seoul, JiMin sabía que algo andaba mal cuando miró la cantidad de papeles que Lee sostenía en su regordeta mano. JiMin terminó de grabar y el hombre tomó su muñeca colocándolo de pie al instante.

"Eres tan jodidamente bello..." Lee envolvió su mano en la cintura del jovencito hasta tocar las mejillas de su culo y apretar una de sus nalgas, JiMin buscó alejarse angustiado, no le gustaba, nunca le gustó. Un nudo se instaló en su garganta y sus ojos al instante se enrojecieron.

"Es hora, señor. N-no podemos llegar tarde..." Susurró con miedo, estaba ya completamente curado, no lo había tocado desde aquella noche en que cayó desmayado, después de eso Lee había estado de allá para acá sin permitirle tener llamadas o salir, JiMin confirmaba sus sospechas de que algo malo estaba ocurriendo.

"Tenemos un minutos más, ángel, colócate sobre tu espal..." La voz de Lee fue interrumpida cuando tocaron la puerta del camarín, JiMin buscó soltarse asustado del hombre pero este lo retuvo en sus brazos, el sujeto fuera de la habitación intentó abrir la puerta, sin embargo, volvió a tocar de nuevo llamando el nombre de Lee, ya era hora. JiMin se sintió salvado por Sohun, un joven que recién entraba a la compañía y era secretario del Lee.

"No he terminado contigo." Sus ásperos labios tomaron la suave boca de JiMin y una lágrima de miedo cayó de su mejilla, pero Lee no la vio, nunca quería verlo llorar; JiMin se acomodó la ropa y salió junto a su manager que se posó al lado de su secretario que siquiera miró a Park, nadie lo miraba, nunca nadie miraba sus ojos pidiendo auxilio.

Caminaron por el largo pasillo, JiMin soltó un suspiro. ¿Qué era realmente lo que hacía ahí? Lee jamás lo llevaba a juntas, solo le daba órdenes y le decía que cantar, incluso, como vestirse. JiMin a ciencia cierta nunca fue consciente de lo toxico que era convivir con aquel hombre, principalmente por la desviación sexual que presentaba respecto al joven al cual violó y sigue violando incluso cuando ya es mayor de edad, pero JiMin siempre fue ajeno a todo aquello, con catorce años no había experimentado nada, su vida era el baile y la filosofía pero la segunda quedó atrás con años y años de entrenamiento para convertirse en el mejor Idol, según Lee. Todos sus sueños fueron cumplidos pero no en la forma que el esperaba, JiMin tenía fama internacional, tenía millones de fans que le amaban pero nunca conoció el amor, nunca conoció la estabilidad, jamás ha sido mirado como si fuese el ser más puro; JiMin nunca estuvo seguro si era homosexual pero lo que si sabía es que Lee había arruinado muchas cosas en él, principalmente, había violado su libertad como ser humano, JiMin sabía cómo el hombre lo había manipulado para hacerse de millones a costa suya. 

Fueron intensas noches de llanto en las que el hombre lo violaba más de dos veces en la noche en aquel hogar que compartían, el viejo, sin esposa ni hijos hizo de JiMin "su mujer" como le llamaba, a costa de cualquier cosa que pudiese el menor querer. Pero JiMin lo sabía perfectamente, sabía que no podía escapar, sabía de la inmensa cantidad de fotos que le había tomado a JiMin, sabía de la gran cantidad de videos que había grabado violándolo y que con solo un chasquido podía manipularlos y subirlos a la red y sería ahí, cuando Park perdería todo. Había un miedo, un miedo que lo estaba volviendo loco, detestaba ese sentir, detestaba no poder escapar de Lee, detestaba ser vigilado por él, detestaba no tener amigos a quienes recurrir, personas las cuales le ayuden. 

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2018 ⏰

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El prejuicio de Jeon Jungkook → KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora