SCHOOL DAY

PRIMER DÍA

Cualquiera pensaría que mudarse a mitad de ciclo es genial, pues no, no lo es, no para mí.

¿Ven a ese chico desgarbado, con lentes, frenillos y que abraza sus libros? ¿Si lo ven? bueno ese soy yo.

Mi nombre es Stiles, bueno, así me autonombre, en verdad no quieren saber el nombre con el que mi mamá se vengó por las catorce horas de parto.

¿Ven a ese chico de ojos verdes y cabello castaño más claro que el mío? ese es Jordan, mi hermano mayor, es un idiota, pero lo amo.

Nos mudamos recientemente a California, más específico, a Beacon Hills.

Este es mi primer día de clase de mitad de semestre.

Según mi horario me toca Historia.

El profesor Harris, que tiene cara de estreñido me sienta al lado de un chico con la mandíbula desviada, al menos no soy el único con imperfecciones.

— Hola —me saluda el de la mandíbula chueca — soy Scott.

— Stiles —el chico me mira raro.

— ¿Ese no es tu nombre?— me dice y sonríe.

— Ha, no lo es, nunca lo sabrás —hice un amigo.

Las clases continuaron hasta que llegué al salón de inglés.

Gemidos salían del aula ¡Diablos! ¡Estaban follando en el salón!

No me odien, pero soy un adolescente sano, con mucha curiosidad y bueno esto es mejor que la porno que tengo escondida de mamá.

La mujer gemía el nombre de su amante.

— ¡Derek! —escuché cuando, al parecer la mujer alcanzó el orgasmo, la campana sonó y se escuchó el ruido de murmullos, me pegué más a la puerta, pero esta se abrió.

Unos ojos verdes, más oscuros que los de mi hermano, me miraron, su ceño fruncido.

¡Auxilio! ¡Me desmayo! mis piernas temblaban, esa mirada decía "hablas y te mato"

Descubrí que la mujer gritona era la profesora Blake y el perpetrador era el capitán del equipo de básquet: Derek Hale, el hijo de la directora.

Le conté mi experiencia a Scott, no me creyó, según, porque la "señorita Blake" estaba casada y apenas dos años atrás había tenido a su bebé.

Si, como no, casada, casada mi mamá, eso sí era estar casada.

Estaba guardando mis libros, cuando sentí que mi cuello era agarrado con brusquedad.

— Una sola palabra de lo que viste, y eres hombre muerto— la voz barítono, suave como la seda, pero dura como un iceberg me hizo temblar

— Ahh, ¿Qué cosa vi?— dije

— Chico listo —el agarre se fue y miro por el rabillo del ojo a ese pedazo de hombre.

Cierto, hay algo que no les he dicho, soy abiertamente homosexual y creo que, ya encontré a mi futuro novio.