PARTE 3 - LOS RECUERDOS DEL PASADO

575 79 4
                                    


Los primeros días pasaron con normalidad en la casa de los alphas no había nada fuera de lo común si no fuera por Dreide que casi siempre la mayoría del tiempo se la pasaba diciendo y haciendo cosas para alterar la paz y la calma de Yi, debía de admitir que casi siempre vivió sólo y estar ahora en un lugar con dos personas que acababa de conocer se le hacía extremadamente raro, los días siguieron con su curso nada fuera de lo normal los días eran los mismos de siempre, Dreide comenzaba a acostumbrarse al ambiente y la manera en la que ambos hermanos se llevaban tan bien, cuando se quedaba solo en ese lugar solía recordar la manera en como jugaba con Jiang Cheng, recordaba a ese hermano que a pesar de que no tuvieran un lazo sanguíneo se protegían sin importar nada.

En esos instantes en vez de llorar Dreide sólo quería tocar su flauta dejar fluir todo lo que sentía a través de ese sonido, pero no la tenía su único tesoro se había perdido junto a tantos recuerdos vagos, se sentía sólo sin familia, ni amigos.

En ese instante movió su cabeza de lado a lado por último un suspiro profundo fue escuchado en la sala.


- Necesito salir de aquí, me volveré loco si permanezco un minuto más encerrado.


Aún no estaba del todo recuperado, pero ahora eso no importaba necesitaba disipar sus pensamientos, como pudo se movilizó para salir del apartamento.
Necesitaba llenar los pulmones con aire fresco y que mejor idea que irse a un pequeño jardín a las afueras de ese edificio, el aroma de las flores lo relajó un poco pero no podía obviar la tristeza enorme que sentía como fue de que de la noche a la mañana los lazos con su hermano se habían roto, se sentía culpable de muchas cosas hasta habían esas ocasiones en las que hubiera deseado morir en las calles y que el señor Jiang no lo hubiese encontrado, pero como dicen que el destino es tan incierto y caprichoso las cosas ya estaban hechas y no se podían remediar o al menos es lo que pensaba Dreide.


- Hermano Cheng ¿qué hice mal para que ahora nos dejáramos de hablar?… yo… yo no puedo entenderlo


Había ciertas cosas que no podía entender fue por ese motivo que también ingresó al conservatorio pensaba que si se mantenía lejos de la familia Jiang así ya no le causaría tantos problemas a su hermano, su padre siempre estuvo apoyándolo de todas las formas posibles aunque en un principio no estaba de acuerdo con algunas cosas pero no le quedaba más remedio que apoyarlo ya que la situación en la familia no estaban del todo bien, sin mencionar que su madre jamás lo había visto como el hijo que el deseaba ser para ella.


- Tsk! Detesto sentirme de esta forma, ser un error para todos, ser un problema, ser esa persona que esta entrometida en todo y que sólo lo único que hago bien es crear problemas y problemas… porque… porque tuvo que albergarme en su casa…


No podía ocultar todo el dolor que sentía, un nudo se había formado en su garganta el chico sonriente ya no estaba, simplemente quedaba un joven sumido en el dolor de los recuerdos del pasado, necesitaba gritar para liberar todo el dolor acumulado, necesitaba liberar el dolor que sentía en su corazón, necesitaba olvidar… mordió su labio inferior para contenerse hasta que una presencia conocida se paró al lado de él.


• No deberías de estar aquí, debes de estar descansando aun no sanas.


Dreide reaccionó.


- Yi Long… yo…. No… yo


Yi respondió


• Vamos



Y ahí nuevamente la seriedad de Yi Long, esa persona de tan pocas palabras y de expresión seria como la de un general de batalla o de esa forma describía Dreide al Alpha, no lo conocía del todo bien pero inconscientemente sentía como si lo hubiese conocido toda una vida, cada leve roce la piel se le erizaba, cada vez que le escuchaba hablar sentía su cuerpo adormecido, sentía tantas cosas con tan solo ver, oír e imaginar ¿realmente se sentía todas esas sensaciones al estar al lado de su destinado? Era la pregunta que se hacía antes de dormir y al despertar se cuestionaba si el Alpha sentía lo mismo o soló eran meras imaginaciones.

Al estar nuevamente frente a la puerta del apartamento, Dreide suspiró pesadamente.

- Otra vez encerrado… no quiero ser grosero, pero… detesto los lugares cerrados al menos si tuviera mi flauta – mira su mano vacía-


Yi Long lo observó de pies a cabeza, no cabía duda alguna después de todos los años que habían pasado Dreide nunca cambió era el mismo de siempre el mismo chico apasionado por la música, el que conseguiría realizar su sueño sin importar nada y el que una vez le dijo “algún día te escucharé tocar el guqin” y la respuesta de él fue “patético” al verlo marcharse ese día de la biblioteca en sus épocas de universitario.



• Debo regresar al hospital no intentes nada estúpido – va hacia la cocina y se sirve un poco de agua-


Dreide respondió.


- ¿Piensas que podría suicidarme? – comienza a reír- debería de intentarlo para que vengas a salvarme más seguido doctor Long


Yi se contuvo a responder, respiró profundamente miró el reloj que portaba en su mano izquierda y sólo respondió algo corto.
 

• Nos vemos en la tarde.


Camino hacia la salida y se retiro del lugar, Dreide se quedó sentado en el sofá mirando la puerta suspiró tan pesadamente que por un poco más hasta el alma misma hubiera querido escapar de su cuerpo, se sentía tan sólo y vacío deseaba tanto poder tener entre sus manos su preciada flauta y compensar aquella soledad con un poco del dulce sonido de su instrumento.


- Necesito salir de aquí.


Al estar completamente sólo decidió dar un pequeño vistazo al lugar ya que desde que había llegado no se tomó el tiempo de ver las fotografías dar un vistazo a los libros, pero sobre todo no había tenido la oportunidad de ver la habitación del Alpha Yi, una sonrisa gatuna se había formado en el rostro del azabache como prueba de que descubriría algunas cosas más del apuesto, serio y destacado doctor Long.

Como un felino curioso se adentro a las profundidades de la habitación del doctor, mirando una cama super amplia y acogedora, algunos libros sobre escritorio los cuales empezó a hojear uno a uno la mayoría de ellos contenían poemas, otros eran sobre medicina, otros libros eran de literatura, no había nada fuera de lo normal según para los pensamientos de Dreide más parecía la habitación del terror ya que no había visto nada fuera de lo común todo estaba muy ordenado.


- Cielos es demasiado pulcro ¿de verdad se crio con su tío o en un regimiento militar?


Siguió paseando por aquella habitación el aroma era tan agradable debido a las lociones que el doctor usaba, era una mezcla de aroma a sándalo, madera e incienso, era tan agradable que Dreide se sentó en la orilla de la cama por esa vez no quería moverse de ese lugar se sentía más que protegido sin saber la razón por algún momento se olvidó de aquella frustración que sentía, se acomodó en la cama y se quedó profundamente dormido.




UN AMOR DESPUÉS DE LA MUERTE, REENCARNACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora