El Inicio

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-Aléjate de mí...- el pelinegro se alejaba de aquella silueta que poco a poco se acercaba a el- aléjate de ella...te lo suplico- en sus brazos tenía un bulto enredado en una cobija amarilla apretándolo cada vez más fuerte a su pecho suplicando que aquel hombre se detuviera, por si solo tenía la fuerza suficiente para detenerlo, pero con aquella pequeña en sus brazos le era casi imposible- ambos desapareceremos, nos iremos y nunca más nos volverás a ver... solo déjanos ir, te lo suplico...ella es solo una bebé, no es la culpable de nada-

- Estoy seguro que en el fututo esa niña nos causara problemas

-Te prometo que no, ella nunca sabrá nada de esto- Luffy trataba de alejarse de aquel hombre- ella llevara mi apellido, nunca más sabrán de nosotros, nos iremos lejos

-Y yo mismo me asegurare de ello...- eso era lo único que recordaba o más bien lo único que deseaba recordar, trataba de alejar aquellas memorias dolorosas...

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Hoy

-Despierta... mamá... llegaras tarde- una dulce voz se escuchaba a lo lejos, Luffy cree que es un ángel y decide seguir durmiendo

-mamá ya es tarde...- ¿tarde?, ¿Por qué seria tarde? Se pregunta el pelinegro aun en su mundo de en sueño y antes de que aquel "ángel" volviera a hablar, sus ojos de abrieron se forma violenta para ver la hora de su reloj de mesa

- ¡YA ES TARDE! - dio un salto en su cama y vio a Robin a un costado del colchón ya estaba vestida y peinada, de inmediato se fue corriendo al baño - ¿ya tienes todas tus cosas listas? ¿ya desayunaste? - se escuchaba gritar desde la regadera

-sí y si, Tío Sabo dejo el desayuno listo muy temprano cuando paso a dejar unas cosas-

- ¿Por qué no me despertaste desde antes? - Luffy salió del baño vistiendo solo un pantalón deportivo mostrando aquella gran cicatriz en forma de X en su pecho y estomago lo que causo que Robin tapara sus ojos con ambas manos y el pelinegro se moviera desesperado por toda la habitación buscando lo que le faltaba

-llevo como una hora intentando despertarte... – Robin hiso un puchero como muestra de su molestia lo cual causo que Luffy solo se encogiera un poco

-Lo siento bebé- al terminar de vestirse tomo una mochila que tenía cerca de su cama y tomo la mano de la menor- vámonos ya, demonios, es el primer día en esta nueva escuela y ya tenemos desgracias- Robin solo sonrió mientras su mamá la cargaba y la subía en los asientos traseros del pequeño auto que tenían desde hace un par de meses

Llegaron unos 5 minutos antes de que el timbre de entrada sonara lo cual era algo bueno para Robin, pero no tanto para él, ese era su primer día como maestro de deportes en esa institución y se supone debía llegar una hora antes para presentarse ante sus nuevos compañeros de trabajo al recordar aquello vio como una mujer de cabellera anaranjada lo miraba con algo de molestia... Luffy soltó la mano de la menor y se puso a su altura- Bien Robin, recuerda, se una buena niña y no te metas en problemas, no es necesario que seas la niña más aplicada así que no necesitas esforzarte tanto a ti misma, trata de llevarte bien con tus compañeros y te amo mucho- Luffy dio un beso en la frente de la pequeña causándole una risilla

-yo también te amo, nos vemos, suerte- la pequeña se dio la vuelta y se dirigió a la entrada, mientras Luffy trataba de no ver a aquella mujer que parecía intentar matarlo con la mirada

Entre amores e hijosWhere stories live. Discover now