Desperté por causa de tantos ruidos en el ambiente.
Esa sensación de hambre me alarmó.
Al igual que cada día que despertaba tarde, no desayunaba.
A veces la idea de comer menos pasaba por mi mente.
Dirigirme al baño era difícil pues no podía evitar verme en el espejo.
Esa lucha con mi apariencia empezaba de nuevo, al igual que cualquier otro cada día.
Estamos tan acostumbrados a ver lo malo en nosotros que cuando alguien más nos dice un cumplido no lo creemos o no podemos hacerlo.
¿Por qué si yo sé que la idea de belleza = cuerpo delgado es una idea errónea quiero ser parte de esa idea?
Que difícil es luchar contra tu propia persona sólo para sentir que encajas.
Que difícil es alejar a quien te ama por no poder decidir qué quieres.
Por no sentirte bien contigo misma...
Pero...
¿Cómo vas a querer a alguien más si no te quieres a ti mismo?