Querido infante de los ojos bonitos,
no crezcas más.
Así no percibirás la maldad de la gente,
no entenderás el vicio de tus padres,
no sufrirás los problemas económicos.
No crezcas más,
así seguirás admirando a tus mayores,
creyendo en ángeles y en dragones,
llorando por raspones y no por desilusiones.
No crezcas,
no crezcas más.
Guarda tu bondad,
tu pureza,
tu sonrisa.
No crezcas más
y tal vez así seguirás feliz.
