Aquella noche de sábado todo comenzó a salir mal desde el momento en que había girado esa fotografía en el suelo. Felix llegó tarde con su amigo y los padres de JeongIn los descubrieron, por tanto, HyunAh lo hizo también. La mujer -que mayormente se mantenía indiferente al muchacho- ante la gente se esforzaba demasiado por aparentar que era una buena madre; por eso abrazó a Felix con falsas lágrimas en los ojos mientras estaban en casa de JeongIn.
El olor a cigarro combinado con el perfume de ChangBin lo delató. Su "madre" le dijo lo preocupada que estaba, que no sabía por qué había hecho algo así y más y más palabrería que Felix no creyó, ni JeongIn, pero los padres de este, sí.
Los gritos de HyunAh comenzaron cuando se encontraron solos en el auto rumbo a su casa:
«Debería darte vergüenza, nos hiciste quedar mal.»
«Mocoso mal agradecido, si resultas ser una puta, al menos intenta disimular.»
«¿Crees que esta situación me gusta? Felix, si por mi fuera ya hubiéramos revocado la adopción.»
Por supuesto que la mujer no lo harían, porque al final, todo el dinero que aquella estúpida pareja de borrachos tenía se debía a la herencia de Felix que ningún abogado pudo proteger por completo.
Si revocaban la adopción, ese par de zánganos se quedaría sin dinero y ambos estaban más y más conscientes de eso a medida que el cumpleaños número dieciocho de Felix se acercaba y con ello la toma legal de lo que restaba de su herencia, incluyendo también un boleto de avión a Australia sin retorno y una carta de aceptación en la Universidad de Artes Escénicas de Sídney.
Felix solía contar con ansias los días para que llegara su cumpleaños. Pero, en ese momento, parado en la ribera del río Han, habiéndose escapado de la escuela desde la mañana, se preguntó qué era lo que quería en realidad y por qué todo en su interior se había movido a raíz del encuentro con ChangBin.
Ajustó su mochila en sus hombros y acomodó el saco de su uniforme antes de llevar sus pasos por el malecón que bordeaba el río. La vista ahí lo ayudaba a pensar, a mantener los pies sobre la tierra y justo en ese instante era donde más necesitaba estar. Soltó un suspiro y, con el aire de la temporada removiendo su cabello, se preguntó qué era lo que ChangBin pensaría de él luego de todo lo que había pasado.
No había podido buscarlo, porque HyunAh y HyoJong había comenzado a controlar sus movimientos de nuevo. No querían que la gente pensara que su hijo era un cualquiera que buscaba revolcones, dijeron. Felix volvió a la vieja rutina, quitando su trabajo y los sábados que tanto lo liberaban. Sin embargo, el chico se encontró sin extrañar sus salidas luego de un mes desde el encuentro con ChangBin.
Sonrió cómplice al recordar esa noche, partiendo del comienzo hasta la parte donde salió despavorido del departamento de ChangBin. Soltó una profunda risa al pensar en el zapato que había dejado atrás.
Como una jodida Cenicienta, reflexionó divertido.
Sólo que, en este cuento, su "príncipe" no había proclamado ningún decreto para buscarlo; y Felix no esperaba que ChangBin lo hiciera, no le había dejado ni una sola pista sobre dónde encontrarlo, después de todo. Sería muy egoísta si le dejara todo el trabajo a él.
Eso si ChangBin lo estaba buscando en realidad. Deseaba que así fuera, en el fondo de su corazón, a pesar de todos los sentimientos encontrados que se había acumulado en su pecho.
Sin embargo, ahora que se había escapado un rato de la vigilia, sabía que estaba en él buscar a ChangBin, ir a su departamento y mostrarse, quizá -si la situación se daba- abrazarlo con todas sus fuerzas, porque, al volverlo a verlo Felix se dio cuenta de lo mucho que lo había extrañado todo ese tiempo.
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CINDERELLIX × ChangLix
Short StoryDe lunes a vienes, Felix es el pequeño abnegado que perdió a sus padres, pero al llegar el sábado cambia de papel y no le importa el bar en el que termine. Nadie debe de darse cuenta de sus escapadas, debe regresar antes de que alguien note que se f...