Drawings- Jilix

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[POV de Felix]

Caminé a la escuela junto a Chan y Hyunjin hoy. Vi a Jisung sacar sus libros de su casillero con una expresión aburrida en su rostro. Los tres nos dirigimos a su casillero. Jisung nos vio y sonrió suavemente. Su sonrisa se ve forzada sin embargo.

"Oye bebé... hey chicos..." Su voz se quebró cuando bajó la cabeza.

"¿Ji-Jisung...? ¿Qué te pasó...?" Chan se mordió el labio y al instante envolvió sus brazos alrededor del frágil cuerpo del más bajo. Sus sollozos llegaron en oleadas.

Primero lo vi temblar. Entonces vi sus ojos llorosos, luego lo vi morderse el labio.

Y luego vino. Los sollozos de Jisung hicieron eco a través del pasillo vacío cuando enterró su cabeza en el hombro de Chan. Vi las lágrimas que corrían por su rostro y no sabía quién lo había lastimado, pero sus sollozos eran tan dolorosamente angustiosos y trágicos de escuchar también. Antes de darme cuenta yo también lloraba.

"Los decepcioné porque era infeliz... chicos... yo-yo... yo... me corté..."

"Jisung... no..." Corrí hacia él y lloré en sus brazos. Mis ojos viajaron a su cara. La culpa estaba escrita en toda su cara cuando sentí las lágrimas en mis mejillas y sus labios contra mis mejillas.

" ¿Por qué lo haces?" Hyunjin miró a Jisung y colocó su mano sobre el hombro de Jisung, frotando círculos con comodidad.

" YO..."

" Me hicieron bullyng."

"En Corea. Venía a la escuela todos los días, la gente me llamaba nombres feos, me lo decían en la cara. Me llamaban feo, les creía. Me llamaban gordo, les creía, hasta que me convertí en un esqueleto".

"Seis meses. Viví en rehabilitación por seis meses. Me llevaron a un límite de odiarme a mí mismo. Una límite que me hizo vomitar todo lo que comía, me convertí en huesos. Tenía tanto miedo, me sentía gordo. Incluso en mi nivel más bajo peso, me sentía gordo, pesaba 60 kilos, podía palpar las costillas y se me caía el pelo. Tenía miedo a la comida. Quería llorar, gritar cada vez que veía la comida. Cada vez que los terapeutas me dabn comida grasosa. Y aunque apenas habláramos, todos teníamos una cosa en común. Podemos habernos odiado a nosotros mismos y pensar que éramos feos, pero todos nos dijimos que nos mantuviéramos vivos. más que la brecha entre nuestros muslos y el tamaño de nuestras cinturas, dijimos todo lo que deberíamos habernos dicho a nosotros mismos, pero tal vez sea algo bueno, porque a pesar de los cortes en mi piel, estoy vivo. no me dijeron que importaba. No los habría conocido a todos. Porque mi cuerpo se habría estado pudriendo en un ataúd cuando mis padres lloraron por su único hijo que perdió su vida por su deseo de ser flaco".