Bloody Kiss [Risotto Nero]

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Ser parte de La Squadra implicaba muchas cosas, una de ellas era que llegabas a ser una especie de espécimen raro de una u otra forma, algunos más que otros, ejem Melone.

Cuándo una enfermedad es tu rareza no es cosa de la cual sentirse orgullosa, al menos su Stand podía hacer que fuese mínimamente respetada por el resto de los miembros, o al menos no aplastada tan fácilmente por ellos.

Aunque con la ayuda de su líder nunca tuvo que preocuparse de nada en su presencia. Risotto era un hombre tranquilo, su gran ejemplo a seguir desde que lo conoció y estaba más que agradecida de que la relación entre ambos era buena, tanto en el ámbito privado como el profesional. A veces (__) se llegaba a preguntar si él la veía como Prosciutto, una especie de bebé que va descubriendo de todo en el mundo de la mafia como lo era Pesci, y  aunque así fuera nunca se atrevería a llamarlo Fratellone por vergüenza.

A base de esa indiscreta admiración, el hombre con Stand criador había hecho varias bromas a cerca de su compatibilidad, no por su trabajo en equipo, si no por la eterna falta de hierro en el organismo enfermo de la mujer.

Estas iban desde lo más inocente y absurdo hasta lo más perverso, en todas las ocasiones causando disgusto el la (c/c).

- Oye, bella, quizá deberías pedirle que te dé un poco de su hierro ¿No crees?

- Fottiti.- Murmuró entre dientes.

¿Por qué debía ser justo ese día en el que Formaggio no tenía trabajo?
(__) se preguntó a qué clase de entidad divina hizo enojar para que el día de descanso del rubio tenía que salir con Risotto, de forma profesional, claro estaba.

Las burlas podrían seguir pero la llegada de Prosciutto logró callar a Melone.

- ¿Estás lista?- Preguntó el rubio mayor al ver a la chica parada frente a él.

- Sí, fratello.

Ella tenía su uniforme listo, no era la gran cosa pero le bastó al rubio mayor para no reñirle. Todo iba bien hasta el momento en que sus ojos se posaron en la tira de píldoras que descansaba en la mesa, habían 8, el mismo número que había en la cena del día anterior.

- ¿No debías tomar tu medicamento?.

- Si, si mamma.- Murmuró ganando una mirada severa del rubio.-  Estaré bien, lo tomé hace un rato.- Mintió por su seguridad, era más que obvio que si decía que no terminaría con un buen puñetazo como castigo.

Estaba a nada de recibir una reprimenda, tanto física como verbal, cuándo su tan amado jefe pasó por la puerta de la habitación.

- Es hora.- Dijo simplemente.

- Sí, boss.

•  •  •  •

A pesar de lo sencillo que había resultado el asesinato la noche se había alzado por las calles de aquella ciudad italiana.

El hombre caminaba a uno de los tantos callejones obscuros de la ciudad, uno de los objetivos había escapado y la (c/c) se había encargado de arrinconarlo mientras que él iría por el otro.

Cómo de costumbre el trabajo fue limpio, no admiraría su obra así que regresó al mismo lugar donde estaría esperando su compañera. Esperaba verla recargada en una de las paredes, esperándolo con una de esas sonrisas que siempre otorgaba, probablemente la escucharía quejarse por su hambre y aprovecharía la oportunidad para invitarle a una cena. Siempre pasaba y mentiría si déjese que no disfrutaba esos momentos de paz en los que podía sentirse cómo un hombre frente a una mujer.

Entrecerró los ojos al no ver a (__) en ningún lado, su paso seguía calmado pero fue inmediatamente apresurado.

Al llegar al callejón el trabajo estaba hecho, el cadáver del hombre estaba tirado en una de las esquinas con expresión de horror en su rostro sin embargo el único cuerpo que le interesaba era el de la chica que comenzaba se arrastraba en el suelo.

No había sangre por ningún lado, no había sido golpeada y no parecía herida de ninguna otra forma pero aún así algo no estaba bien.

Ella lucía palida y su respiración era tan suave que casi no se notaba, los labios le temblaban y daba leves gemidos lastimeros. Ella luchaba por acercar las píldoras que habían caído lejos de su alcance.

- ¿Problemas?

La oji (c/o) volteó a verlo, era humillante ver cómo el hombre que respetaba tanto la viese como un gusano, la hacía enojar de sobre manera.

- Dame las malditas píldoras y deja de joder.- Por un segundo perdió la noción de a quién se dirigía.

La mirada seria que le dirigía la dejó helada por un segundo e hizo que se mordiera la lengua.
Risotto se había inclinado para ponerse a una altura similar, la tomó de los hombros y para que las miradas de ambos se encontrasen.

- No hay tiempo.

Sin déjale lugar a protestas juntó sus labios, no sabía si era la emoción del momento o el hecho de que el hierro volvía a su sistema inyectando una dosis de alivio casi inmediato al mismo tiempo que una carga de vergüenza la golpeaba.

Al separarse ella era un desastre rojo, al mismo tiempo que dejaba salir una cantidad inumerable de frases incoherentes.

- Gracias.- Fue lo primero que pudo decir sin tartamudear.

Él sonrió y la ayudó a levantarse, sin siquiera esperarla comenzó a caminar a la salida de aquél lugar. Ella tardó en reaccionar, levantó rápidamente su medicina y trató de ponerse al día con el hombre.

- ¿Era necesario usar a Metalica de esa forma?- Preguntó aún avergonzada y con el rostro sonrojado.

El peliblanco ocultó una traviesa sonrisa.

- Quién sabe.

•   •   •   •   •

Notas:

• Fottiti: Vete a la mierda.

Bueno, la última cosa que publico antes de que acabe el año. Sigo sin tener mucho que decir solo que adoro a este hombre ficticio y eso.
Que puedo decir, los serios son mi debilidad.

Felíz año nuevo!!!
(Imagen de relleno)

Felíz año nuevo!!!(Imagen de relleno)

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Muchas gracias por leer!!!
CIAO!!!!

One Shot Everywhere [Jojo's Bizarre Adventure]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora