Promesas [Final 2/2]

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El rumor corrió rápidamente, de la noche a la mañana se esparció por toda Italia. Apenas la noticia llegó a los oídos del ojivioleta una gran ira le carcomió por dentro. No era como si estuviese enojado con alguien, solo era una forma de enmascarar su miedo y vulnerabilidad.

A paso acelerado entró lo más rápido que pudo a la mansión del nuevo jefe.

No había nadie que custodiara el lugar, el gran recibidor estaba vacío , todo parecía demasiado tranquilo para un edificio ridículamente grande.

Poco le importó el allanamiento.

Escuchó unos ligeros pasos que provenían de una gran puerta. La esperanza de ver a cualquiera de las personas a las que consideraba familia cruzará por esa puerta pudo más que él.

Al abrirse las puertas un par de ojos esmeralda le recibieron con asombro. Trish no sabía cómo reaccionar, el jóven frente a ella estaba más que acabado, sus ojos se habían opacado por las ojeras que se habían formado a su alrededor.
Se notaba que no había comido ni dormido desde la última vez que lo había visto.

Ver a la chica que había causado aquél embrollo le llenó de un sentimiento burbujeante, todas aquellas preocupaciones se habían vuelto ira, sin siquiera darse cuenta Purple Haze  se había materializado a su lado.

La mirada de Fugo causó un respingo en la pelirosa, aquella solo transmitía ira. Era la primera vez que veía el Stand del pelinaranja y no era para nada agradable, una mirada enloquecida y dientes apretados que parecían lanzar espuma de tan fuerte rabia. Ambos se acercaron, al dar un paso adelante asustaron lo suficiente a la chica como para retroceder.

- ¿Qué haces aquí?- Apretó los dientes al ver a la chica pelirrosa.- ¿No se supone que desaparecerías apenas el antiguo jefe se fuera?

- Vengo en señal de respeto.- Dijo en voz baja, apretó sus rosados labios en un intento de callar el nudo que se formó en su garganta.- Podrías calmarte un momento, por favor.

La súplica de la chica hizo reaccionar un poco al muchacho, en ese instante fué conciente de que su propio Stand se había manifestado. Con cierta prisa aquella figura humanoide se había esfumado.

Agradecida, la chica dió un suspiro ligero de alivio.
Pronto el alivio se convirtió en tristeza, el cambio en el rostro de Trish no pasó desapercibido. Fugo exigía una respuesta con ese par de ojos cansados.

Se atragantó con su saliva, sus palabras murieron a medio camino.

-Yo...lo siento tanto...Ellos dieron todo lo que pudieron, ellos...- Trató de organizar sus palabras pero lo único que pudo conseguir fué un murmullo lamentable.

- Por favor, no hables.- Calló a la chica.

Ella cerró la boca y miró al otro lado, cruzó sus brazos en un intento de confirmarse a sí misma, cosa que no parecía funcionar mucho.

- ¿Dónde está?- preguntó al fin para romper el silencio.

La pregunta incómodo a la chica, dudaba de contestar pero la exigente mirada de él podía más de lo que pensaba. Él debía conocer la verdad.

•[Final Bueno]


Trish sabía que ocultarlo las cosas sería inútil, no dijo mucho y comenzó a caminar a un destino desconocido.

Ella le guió en silencio, pasillo por pasillo llegaron a la habitación más alejada del lugar.

Era elegante, desde el estante hasta el escrito parecían ser sumamente costosos. Esa oficina era digna de ser la oficina del nuevo Don de Passione, aunque el mención no se encontraba por ningún lado.

One Shot Everywhere [Jojo's Bizarre Adventure]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora