Ella no escribe poesía

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 A las dos de la tarde, ella lee novelas, best-sellers de moda que también leen todos los demás; a las dos de la madrugada, ella lee poesía y ama la musicalidad que adquieren las palabras si se las sabe ordenar.

A las dos de la tarde, ella se pelea con su novio, a las dos de la madrugada, ella deja escapar en cada verso del más triste poema, una lágrima indiscreta.

Su ella de las dos de la tarde y su ella de las dos de la madrugada nunca se juntan, o sí, pero ella se ocupa de separarlas rápidamente, quizás inconscientemente... El mundo no debe conocer su yo que vive en la clandestinidad de las madrugadas de insomnio, que se inunda de sentimientos que ni su ella de las tardes conoce. 

Ella no escribe poesía, simplemente no lo hace; sólo escribe textos vagos cuando sus profesores se lo exigen, pero odia hacerlo y se avergüenza de ellos pues ella no escribe; sólo cuando su ella del día se va a dormir, aflora su lado más romántico y oculto, esa ella que a veces, ni ella misma reconoce, esa que conoce tantas historias de amor y desamor que ya siente todo un poco más profundo, esa ella que se libera y en un aturdidor silencio llora, y ríe, y ama, y es y escribe poesía, poesías tan imperfectas que se vuelven perfectas, poesías llenas de emoción, llenas de magia, llenas de vida.. Y tal vez, algún día, se dé cuenta que ella misma, en cuerpo y alma, es poesía. 

Camino de idaWhere stories live. Discover now