Viajando a un futuro incierto.

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Era un día gris y lluvioso. Las primeras gotas se estrellaban en mi ventana dejando un pequeño rastro de agua mientras caían. El equipaje ya estaba preparado, el pasaporte en mi bolso al igual que todo lo que pudiera necesitar.

 Hoy era el día en el que viajaría a otro país por intercambio escolar del que no sabia nada hasta hace 2 semanas atrás, cuando mi madre me dijo muy entusiasmada que tendría que irme de la casa e ir a vivir con extraños,  que estudiaría en una escuela en la que no conocía a nadie, en Inglaterra. Si, el Big ben, la reina, acento ingles, William & Kate, té, the London eye y Harry Potter. Ese era todo mi conocimiento. Se que la mayoría de las chicas de 17 años amarían (y tal vez matarían) por ir a vivir a Londres, pero yo no soy esa clase de chica. Me gusta la vida simple, lo monótono, conocer a la gente. Irme a vivir a Londres no fue una idea que me entusiasmo mucho.

Pase días suplicándole a mi madre que me dejara quedarme, pero fue en vano. Asi que aquí estoy, a media hora de salir hacia el Aeropuerto. Nerviosa, porque nunca antes estuve en un avión o en otro país.

Mi mama abrió la puerta y entro a mi habitación sonriente, casi podría decir que estaba feliz de deshacerse de mi y para tener tiempo a solas con su prometido Brad.

-¡Hoy es el dia!- canto-¿Estas lista?

-Si mama- le conteste en un tono aburrido.

-¡Vamos! Animate un poco, estas yendo a Londres, no a un cementerio- Su sonrisa era demasiado grande. Tan grande que lucia extraña en su pequeña cara. – Desayuna algo, salimos en media hora.

Me vesti rápidamente con unos jeans, una camiseta blanca y un cardigan beige, y fui a la cocina. Pase la siguiente media hora lamentándome tener que irme en twitter.

En nuestro camino al aeropuerto mi madre tarareaba una pegajosa canción en la radio mientras yo miraba por la ventana, el dia estaba mejorando, a lo lejos se veía un arcoíris. Cuando llegamos al aeropuerto mama me dijo que no podía acompañarme porque tenia que ir a comprar unos zapatos para la fiesta de la hermana de Brad. Típico. Por suerte había un gran cartel con instrucciones de que hacer antes de abordar. Y mi vuelo estaba cerca.

Cuando entre al avión y me sente comencé a sentirme sola. Normalmente me gusta estar sola, pero esta era un tipo de soledad fea, de la que te hacen sentir vacia.

Para hacer esto mucho mejor, a mi lado había una señora vieja, que roncaba y se babeaba la remera. Genial, este seria un vuelo muy divertido.

Aburrido .Molesto. Incomodo. Interminable. Luego de dos horas intentando dormir, envidiaba a la viejita a mi lado, que todavía no había movido un musculo. Despues de darme por vencida. Decidi ver una película, o dos, o tres.

El avión aterrizo a las 7 am. Mis piernas se sentían como gelatina y todavía no había ido al baño. Baje con la multitud. Al llegar a el hall vi mi nombre escrito en un gran cartel, sujeto por un chico muy atractivo y comenze a caminar hacia el. 

¿Quien es Jack Harries?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora