𝘿𝙪𝙡𝙘𝙚 𝘿𝙚𝙢𝙤𝙣𝙞𝙤 (𝘼𝙙𝙧𝙞𝙚𝙣𝙭𝙕𝙤𝙚)

Capítulo 6

- Vaya ... que cara traes ...- Me dijo Marinette al día siguiente al verme con las ojeras mas enormes que había tenido en mi vida , literalmente parecía un mapache asustado que había salido huyendo de botadero

- Zoe estas bien? ...- Me pregunto Kazumi y de pronto tenia a todas mis amigas al rededor con cara de preocupación

A la hora del receso vi como sus caras de transfiguraron al contarles con quien estaba viviendo, los últimos acontecimientos y lo sucedido anoche, tenia que hablar o me terminaría volviendo loca y mientras mas apoyo femenino recibiera sabría mejor como llevar las cosas, no podía mas, los niveles de estrés eran altísimos para mi

- Dios Zoe eres mi idola! Que manera tan genial e increíble de llevar esa situación , yo no se que hubiera hecho , tal vez perder la consciencia ...- Me dijo Alya con cara estupefacta

- Estas loca? Yo me hubiera dejado hacer el amor por el literalmente ...- Dijo Marinette haciéndonos a todas abrir los ojos de la impresión

- Marinette! ...- Gritamos todas sorprendidas

- Que? ...- Respondió ella indignada mientras Kazumi y Alya la regañaban por su comentario .

Yo me mordí el labio recordando en como mi cabeza volaba mientras el me besaba, mi corazón había dejado de latir y podría decirse que había pisado el cielo por algunos segundos , pero como un rayo una tristeza y enfado llego a mi corazón , el es así , así trata a las mujeres, tiene la costumbre de que todas mueran por el y yo no seria la excepción, Pero NO! Si algún gran y notorio defecto tenia era mi orgullo y amor propio y Adrien Agreste lo sabría muy bien en esos momentos, Yo no seria una chiquilla mas en su lista, lo haría sufrir y retorcerse en su orgullo herido! La mocosa inmadura de 17 años que vivía con el no caería en sus redes.

Deje que me besara a su antojo y lentamente me fui apartando de el, supe que había triunfado al ver su cara de confusión , yo lo miraba con cara aburrida, con ojos de impaciencia, con mirada de desaprobación, como si el fuera el chiquillo inmaduro que arreglaba sus arrebatos forzando a una chica a los besos, como un cavernícola que a la mala reclama lo suyo para hinchar su ego de macho dominante. Seguramente esperaba que yo me pusiera histérica o empezara a llorar ...- Bien, terminaste? ...- Le Pregunte cruzándome de brazos y vi su mandíbula caer al piso ...- No te preocupes, tendré cuidado la próxima vez, no tienes por que recurrir a estos actor vergonzosos y poco decentes ... necesitas algo mas? ...- Le pregunte fingiendo como si aquel beso que me había hecho volar a la estratosfera no hubiera significado nada.

- No ...y no te emociones amargada, solo quería asustarte ya que al parecer las niñas mimadas como tu aprenden de esa forma, pero por lo visto parece que ya maduraste un poco, te felicito ... ...- Me respondió con una sonrisa burlona y salio de mi habitación sin decir nada mas, cerré la puerta y comencé a llorar como una niña, me había dolido su actitud, por que se había puesto así? Me estaba confundiendo, ya no soportaba mas esta situación pero por nada del mundo quería regresar a casa derrotada

- Zoe? ...- Me llamo Marinette haciéndome regresar al presente

- Eh? Ayyy Chicas ... no se ... es una tortura ... miren todo lo que ha pasado en la primera semana, no creo poder resistirlo mas .. todo lo que hago le parece mal

- Espera un momento Zoe ... Primero que todo, quien demonios se cree Adrien Agreste para tratarte como una niña y hacer lo que quiera contigo? La siguiente semana cumplirás 18 y ya seras una adulta y el no tiene ningún derecho a meterse en tu vida, además quien lo nombro el dueño de la casa? Tu tienes tanto derecho a hacer tus cosas y cometer errores como el , solo comparten el apartamento , que se ubique! ...- Dijo Alya con firmeza

- Es cierto Zoe! Así como a el le gusta jugar contigo pues tu también demuéstrale que sabes jugar mejor tus cartas! Que se de cuenta que esta muy equivocado si piensa que le tienes miedo o que su seducción causa estragos en ti! Bájalo de las nubes! ...- Dijo Marinette con el puño en alto y me sentí respaldada