Se encontraban en el patio trasero observando por la ventana a la familia Tompson, que se hallaban cenando, junto a su pequeña y adorable hija de tan solo un año. Dimitri los miraba con una mirada profunda llena de rencor, apretando sus puños y su mandíbula tensa. ...
-Victoria acaba de llevar a la niña al cuarto, esta todo en tus manos, yo me encargo de él. Tú encárgate de ellas.-Dijo lleno de furia en sus grandes ojos negros, el muchacho asintió y entro sigilosamente por la puerta trasera. Vio como Victoria, la madre de la niña, entraba con ella al cuarto, el camino decidido tras de ellas, la madre puso a la niña en su pequeña cama con sabanas rosas , y le dio un beso de despedida en su frente. El chico bufo, tonterías, pensó.
Victoria apago la luz y salió del cuarto, él quiso seguir tras de ella, pero unas pequeñas risas adorables lo hicieron detener. Miro por la esquina de la puerta .Entro al cuarto, y vio como la niña prendía la pequeña lámpara, el abrió un poco más la puerta y llamo la atención de la pequeña niña, ella sonrió dulcemente, solo era una bebe, no sabía pronunciar casi nada. El sonrió, no lo hacía mucho, era milagro. La miro a los ojos y vio el hermoso color oscuro y brillante que tenían, por instinto se acercó a ella y se arrodillo en la cama.
-Hola Ángel.-Dijo dulcemente. Él se sorprendió de el mismo, no lo hacía, nunca. La niña solo balbuceo y sonrió, mientras se acurrucaba en su pequeña almohada, el acaricio su mejilla y le empezó a cantar en susurro, ella con su pequeña mano tomo la suya y la acaricio, la niña se quedó dormida. El rápidamente se paró con el ceño fruncido y salió rápidamente de ahí por el balcón, se quitó la camisa y relamió sus labios, no hiso lo que le pidió su padre.
-¿Lo hiciste?.-Pregunto con una sonrisa triunfadora en su cara, mientras se quitaba el resto de sangre de su camisa y cuello. El solo asintió con sus manos en los bolsillos.-Ese es mi hijo.-Dijo riendo sínicamente.
Sabía que esto no era el final, sabía que su padre se iba a enterar quisiera o no. Sabía que no aguantaría sin ver otra vez a esa pequeña y dulce niña.
12 Años atrás.
La buscaba con la mirada, habían pasado 2 noches sin ir a verla, todas las noches la visitaba y al final, cuando se iba, le borraba sus sueños, para no recordarlo. Le dolía, saber que ella nunca se acordaría de el, pero así era seguro. Hoy estaba decidido a ir a verla por el día, a ver su linda y tierna cara de niña y con sus pequeños cabellos castaños rebeldes caer por su cara.
Llego al preescolar y vio algunos de su raza, sabía que no era seguro estar ahí y muchos menos en estos tiempos, habían muchos del otro lado.
Vio a pequeños niños salir agarrados de la mano de su madre, el se adelantó antes de que viniera Victoria. Una señora un poco canosa lo dejo pasar al salón y vio a la niña sentada en su silla coloreando y su pelo amarrado en dos tiernas colitas, sonrió.
-Disculpe señor, ¿Espera algún alumno?.-Pregunto la misma señora que lo recibió afuera, el asintió, dirigiendo la mirada a la pequeña niña, que seguía aún coloreando. La señora frunció el ceño, nunca lo había visto por aquí.
-¿Es algún familiar de la niña?.-Pregunto aun con sus arrugas en su frente. El se tensó, pero sonrió ampliamente.
-Soy su tío.-Dijo sin quitar su amplia sonrisa. La señora asintió y fue por la niña. Ella miro al muchacho con su pequeña frente fruncida, pero solo se encogió de hombros, seguro mamá lo mando.
-Hola.-Dijo aun confundida, ladeando levemente su cabeza. Él sonrió mucho más, seguro sus labios llegaban hasta sus orejas.
-Hola Ángel.-Dijo tomando su pequeña mano, llevándola a la salida. La niña detuvo el paso.