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Bajé mi mirada lentamente hacia aquella fría máquina que daría en muy pocos segundos el resultado de aquel sufrimiento, de aquellos meses sin comer y las purgaciones que me brindaba poco más de una vez al día. Mi mirada seguía descendiendo pero mis ojos eran levemente cerrados, intentando ver aquella sorpresa que pararía o seguiría con este infierno, y mi boca apretada en deseosos números que marcaran un simple '45, 50 o 60' como cifra máxima. 

Al fin abrí los ojos, aquella cifra me hizo idolatrar mis purgaciones y maldecir a la comida ingerida entre días, maldecir aquellos pequeños regalos que me hacía como una que otra tableta de chocolate o alguna golosina; aquella cifra que de lo tan impactado que me dejaba, hizo que ella misma se hiciera susurrar entre mis labios y algunos que otros ojos sorprendidos ante ella.

- 105 kilos... 

Poco a poco esos ojos sorprendidos se hicieron llenar de lágrimas y bajarme de aquella pistola de peso que hacia resurgir mis cenizas del fuego, lloré tanto que no podía retener las ganas de sollozar pero, justo en ese momento, unas manos fueron las que rodearon mi obeso y asqueroso cuerpo, aquellas manos frías y transparentes.

❝anorexy❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora