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Amanecí roto, dolido, con vendajes en circulares zonas de mi cuerpo y perforaciones que me hacían ver más asqueroso y horrible de lo que ya era normalmente. En cuestión de segundos después de abrir mis propios ojos, comencé a deslizar lágrimas y hacer notorios mis sollozos que hacían eco en aquella habitación de hospital colorada de blanco. Tapé mi rostro maltratado con aquel brazo perteneciente cual estaba vendado con una fina tela blanca sujetada por una cura grisácea, desahogué en llanto todo lo que mi mente contenía y lo que mi odio no podía expresar a base de golpes. Todo transcurrió igual hasta que el deslizamiento de una puerta bruscamente abierta llamó mi atención.

- J-jin, bebé, no llores...

¿Bebé?, y esa voz, esa voz singular...¡NAMJOON!

Alcé mi cabeza tan rápido luego después de sentir tacto con una mano alzada que acariciaba mi cabello revoltoso, no resistí segundos en desvanecerme en aquel tacto y cerrar mis ojos, estrujando lágrimas sobrantes que quedaban plasmadas en mis prendas sangrientadas.

- T-te quiero tanto Jin, me duele que sigas sin aceptarte pero, aquí estoy yo para ayudarte a hacerlo. - Escuchando sus palabras que hacían mi tímpano vibrar, desvanecí mi sueño en aquel tacto y caí rendido luego de sentir un leve...

...¿B-beso?

❝anorexy❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora