Little Mermaid - Yoonmin

15

Kim Namjoon no tenía amigos en su escuela, ni en su calle, sólo a sus primos los consideraba amigos.

Un domingo de verano, por la tarde, él y sus padres decidieron visitar la playa. Eran afortunados de vivir en Busan. A pesar de no tener suficiente dinero para llevar a su hijo a alguna otra ciudad del país para disfrutar las vacaciones, la playa siempre estaba de opción.

Sus padres escogieron lugar en la arena y Namjoon decidió aprovechar para correr hacia el agua.

"¡Ten mucho cuidado cariño!" Le gritó su madre y un pequeño Namjoon de siete años volteó a verla y asintió.

"¡Sí mami!"

Namjoon se acercó al agua pero no entró, se puso en cuclillas y dibujó en la arena con su dedo siguiendo a un pequeño cangrejo que después se escondió bajo la arena.

"No huyas pequeño, sólo quiero ser tu amigo" dijo Namjoon mientras seguía con la mirada a otro pequeño cangrejo.

"Miren eso, ni los animales quieren ser amigos de Kim Nam-perdedor"

Namjoon se levantó y miró a su lado a tres niños que compartían curso con él en la primaria.

Decidió ignorarlos y alejarse siguiendo la orilla del mar. Las olas alcanzando sus descalzos pies.

"¿A dónde vas perdedor?"

Namjoon no quería apartarse de donde estaban sus padres pero tampoco quería seguir cerca de esos niños.

"¿Ni siquiera tienes el valor para entrar al agua?" uno de ellos preguntó haciendo que Namjoon se detuviera en seco. Mirando sus pequeños pies siendo cubiertos por la espuma del agua luego de que la ola se hiciera pequeña al llegar a la orilla.

"Claro que no, porque es un cobarde"

Namjoon se giró mirando hacia el océano, caminó lentamente hacia el agua acercándose. Hasta que sus rodillas fueron cubiertas y comenzó a sentir la fuerza de las olas.

"Oh, carajo, va a hacerlo" dijo uno de los niños.

"Mira, ya se detuvo, tiene miedo"

Namjoon miró a las demás personas en el agua. Había varios adultos más lejos jugando y nadando.

Tranquilo Namjoon, se dijo a sí mismo, si una ola de lleva tú sólo fritas y alguien correrá a salvarte.

Vió a un niño no muy lejos jugando en el agua solo, nadando boca arriba. Ese niño le dió la confianza suficiente para entrar más profundo.

Siguió avanzando hasta que el agua llegó a su vientre.

Tengo que ir más lejos, se dijo a sí mismo. Y avanzó más.

Y justo cuando el agua cubría sus hombros y las olas le llegaban a la boca, resbaló.

Cayó de espaldas y abrió los brazos, tratando de nadar con fuerza para salvarse. Pero no era bueno nadando.

Nunca fue bueno nadando.

Trató de subir para alcanzar el oxígeno pero seguía resbalando con la arena.

Sintió una mano tomando su muñeca y lo atrajo hacia él.

Una vez su cabeza afuera pudo ver al niño que estaba nadando no muy lejos de él.