》Epílogo

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18 de Marzo, 2016. Viernes. Corte suprema de Seúl. 11:30 am.

El auto avanzaba con rapidez por las calles de Seocho-gu, mientras la mirada de Jeon Jungkook seguía el movimiento de las personas que merodeaban por el centro de la gran ciudad. Su mano estaba entrelazada contra la de la muchacha que yacía a su lado, mientras la escuchaba susurrar aquellas palabras de aliento para lo que estaban yendo a hacer. Y con palabras de aliento, se refería a todas las cosas que podrían hacer luego de firmar aquel divorcio y poder ir a la casa del chico. Sin embargo, Jeon no estaba prestando atención a las palabras que Soo decía contra su oreja. Lo único que podía hacer es pensar en su ex -a punto de serlo- esposa.

Había conocido a Hye cuando tan sólo tenía dieciséis años y había caído en su dulzura de inmediato. Había sido la chica que él soñó toda su vida: amable, hermosa, graciosa, y extraordinaria. No podía pedir nada más en su vida, que tenerla a ella junto a él. Un año luego de haberse conocido, él le declaró sus sentimientos en una fiesta de navidad en la casa Park y desde ese momento, no volvieron a separarse. Como todas las parejas tenían problemas y discusiones, pero nunca habían dudado de su amor por el otro en ningún momento. Cuando la chica cumplió sus veinte años, estando él en sus veintiuno, le propuso matrimonio en la oficina en donde ella trabaja de editora.

Conocer a Soo había cambiado su vida por completo. Estaba en un momento crucial con su esposa, en donde ella no quería tener momentos íntimos con él por el temor de perder su trabajo; estaban en tiempos difíciles y lo que más necesitaba en aquel momento era algo -o alguien- que lo haga olvidar la situación difícil que pasaba puertas dentro de su casa. Pero nunca pensó que conocer a Kim lo cambiaría tanto. Sabía que no estaba enamorado de ella, ni que estarían juntos en algún momento, pero la necesitaba a su lado en aquel momento.

"Aquí estamos. Son 5 000 won, señor." Murmuró el señor que conducía el taxi, asomando su mirada por encima de su hombro para mirar a Jungkook fijamente, sacándolo de su transe momentáneamente. Luego de entregarle el falo de billetes, tomó la mano de Soo, y juntos bajaron del auto, dirigiéndose a la corte en donde firmarían los papeles y se desharía de su alianza.

En el momento que el frío ambiente chocó contra su pecho, no pudo evitar dudar de lo que estaba a punto de hacer. Estaba arrepentido de haber engañado a la mujer de su vida, a la única que lo había enamorado de pies a cabeza desde el primer momento, y estaba a punto de renunciar a ella, tan sólo por una niña de veintitrés años que no merecía la pena.

Su abogado se acercó a él para avisarle que el juez lo estaba esperando en el pequeño cuarto, y que debían apurarse si no querían perder el turno para los papeles, y en ese momento era lo que más quería en su vida... no firmar los papeles.

Y por primera vez en tres meses, la volvió a ver. Volvió a respirar el aroma de su perfume, y el exquisito olor que desprendía su piel. No pudo evitar quedarse mirándola con una mueca en los labios, recordando cada extremo de su cuerpo antes de separarse de ella por siempre.

Arregló la corbata que caía contra su camisa blanca y pasó las manos por los puños de su saco negro, dándole una mirada nerviosa a su abogado, antes de sentir la mano de Soo contra la de él, exigiendo de su atención antes de besar rápidamente su hombro.

Miró a su acompañante unos segundos antes de llevar su mirada al frente y observar a un hombre que no pasaba de su quinta década, con los papeles en mano. Se giró sobre su propio eje y se acercó a Hye unos pasos, para escuchar junto a ella las palabras que el señor tenía para decirles.

Luego de explicarles el procedimiento del divorcio y hablar unas palabras con los abogados de ambas partes, procedieron a acomodar todo lo necesario en la mesa, listos para el cierre definitivo de esa etapa en su vida.

Hye lo miró y él no pudo evitar hacerlo. Observó sus ojos marrones con una sensación extraña en la boca de su estómago, sin poder evitar sentir un vacío en todo su cuerpo. La muchacha tenía los ojos nublados, y el maquillaje levemente corrido debajo de sus ojos, pero eso no hacía que no se viera hermosa. Se veía preciosa, una obra de arte. Suspiró sabiendo que eso sería por el bien de su mujer, no podía seguir con ella, luego de haberla engañado de aquella manera. Aunque estuviese arrepentido, eso no remediaría sus errores.

Procedieron a llevar a mi acompañante y al de Hye -que era su mejor amiga, Sun Hee- fuera de la sala, para empezar con los trámites, y las firmas sobre el papel.

El abogado de la familia Jeon se acercó a él para susurrarle unas simples palabras que lo dejaron helado. "Ya está todo terminado. Los dejaremos solos unos segundos antes de poder liberarlos, porque hay que fijar que está todo en orden con el papeleo." Él asintió y regresó su mirada a Hye, la cual secaba una de sus lágrimas pestañeando rápidamente.

"¿Dónde estás viviendo?" La pregunta salió disparada de sus labios, sin haberlo querido, sintiéndose un estúpido por ser el primero en hablar luego de unos segundos de estar en sus completas soledades.

"Estoy parando con Hee, ya sabes." Murmuró la chica, bajando la mirada hacia el suelo, antes de volver a subirla y pegarla contra la de Jeon, expresándole todo el dolor que estaba consumido en su cuerpo desde hace tiempo.

"Oh, me parece bien." Él le sonrió nostálgico mientras se acerca a ella y pasaba su pulgar por su mejilla, limpiando la pequeña lágrima que salió disparada de sus ojos. "Me alegra verte bien, de todos modos."

"¿A esto llamas bien?" La muchacha rió irónica, señalándose a sí misma para que Jungkook la repasara con la mirada. Su cara ya no se veía tan saludable como siempre, tenía el maquillaje corrido y unas bolsas enormes bajo sus ojos. Estaba vestida lo más informal que fuera posible para aquella situación, y unas zapatillas Nike decoraban sus pequeños pies.

"De todos modos, te ves hermosa así." Dijo el chico, mirando a Hye con una pequeña sonrisa. "Siento muchísimo lo qué pasó, y más tener que llegar a esta situación, que es incómoda." Se encogió de hombros en su lugar y no pudo evitar acercarse a ella, posicionando ambas manos sobre sus mejillas rosadas por el llanto. "Te amo, Hye. No sé qué pasó por mi cabeza en el momento que hice lo que he hecho contigo. Sólo quería pedirte perdón, por todo."

"No digas que me amas si no lo haces, porque podría hasta creérmelo con lo idiota que soy." Pestañeó rápidamente para despejar las lágrimas de sus ojos, retirando las manos de Jungkook de su cara, mandándose a sí misma un gran golpe a su corazón. "Yo también lamento esto que pasó. Te amé, te amo, y sé que te amaré por el resto de mi vida, porque dejaste marcado mi corazón con fuego, Jeon." Hye soltó un suspiro y dejó un pequeño beso sobre la mejilla de su ex esposo, inhalando su aroma por última vez antes de escuchar la puerta abrirse de golpe, y ver cómo la peli naranja se tiraba encima de Jeon, besando sus labios. Los labios que antes le pertenecían a ella.

El abogado de Hye, Jaehyung, entró en la sala, y la miró con lástima, tendiéndole un pañuelo para que secara sus lágrimas. "Ya está todo listo, pueden retirarse." El asintió con su cabeza en sus direcciones y se despidió con la mano, antes de salir de la habitación.

Jungkook volvió su mirada a la pequeña Park, y no pudo evitar querer besarle toda su vida. Se veía tan frágil y hermosa, que las ganas de llorar invadieron su sistema; pero sabía que no estaba en los correcto hacerlo, no sólo porque Soo estuviese abrazándolo y besando su cuello de una manera desagradable, sino porque recién habían terminado los papeles de divorcio, y sería incoherente.

Hye tomó sus cosas y le comentó algo a su mejor amiga, antes de comenzar a caminar directo a la salida de aquel gran edificio en Seocho-gu. Se giró en dirección a Jeon y le dedicó una sonrisa que se convirtió en mueca, saludándolo con una de sus manos mientras lentamente, desaparecía de su vida. Una vez más.

"You were the love of my life and I don't know. I guess I just thought I was yours too."








Se que prometí publicar mañana el capítulo, pero quise hacerlo hoy, ya que acabé mis cosas rápido, solo espero que esta historia les haya encantado tanto como yo.

Un besote, bbys ♥

Infiel - (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora