Siempre pensé que era feliz, todo en mi vida transcurría con cierta monotonía, tenía lo que quería, poder, dinero, fama, hombres y mujeres a mi disposición dispuestos a todo solo para complacerme, después de todo ser el sucesor de una multimillonaria compañía petrolera era como ser dueño del mundo, vivo en Nueva York desde donde manejo y administró junto a mi padre todo el negocio, vivo entre lujos, con solo chasquear mis dedos puedo tener lo que sea, soy guapo, inteligente y simpático pero no feliz.
Todas mis amistades se basan en intereses, mis aventuras y hasta mis romances, nada es real.
Mi padre, mi madre y mi hermano son los que me mantienen cuerdo en el caos que es mi vida, tengo depresión y ansiedad desde hace años, todo por la falsedad que me rodea y soporto desde que tengo memoria.
Y hoy estoy aquí viendo a mi hermano ser feliz, cumpliendo algo que para mi se ve imposible, verlo en el altar junto a su prometida dando el si para unir sus vidas y formar una nueva, no me malinterpreten me alegro por él, pero verlo tan feliz me recuerda el hecho que yo posiblemente nunca lo sea.
Mi madre está llorando a mi lado mientras sostiene la mano de mi padre, ambos felices por Vladimir, casarse con su amiga de la infancia y la mujer que siempre fue parte de la familia es un gran logro, ambos fueron mis hermanos menores, no importaba que Aiko no fuese realmente de la familia, siempre estuvo con nosotros.
La ceremonia llega a su fin con el tan esperado beso, todos nos levantamos y aplaudimos, algunos incluso gritan felicitaciones tanto en inglés, ruso y japonés, la familia de Aiko es japonesa y mi familia es rusa, pero vivimos en Estados Unidos, de ahí el revoltijo de lenguajes del fondo.
Nos levantamos para felicitar a los recién casados, primero son mis padres los que se lanzan entusiasmados hasta ambos, luego los padres de Aiko, por último me quedó yo, le sonrió a ambos mientras me acercó hasta tenerlos entre mis brazos.
—Víctor ¿estás llorando?- ese fue mi hermano, no me juzguen soy sensible, siento palmaditas en mi espalda y me separo poco a poco de ellos.
—No estoy llorando, solo se me metió una basura al ojo.-
—A los dos diría yo- esa fue mi querida cuñada, haciendo referencia a que tanto mi hermano como yo estamos llorando. Reímos para aligerar un poco el ambiente, veo qué hay mucha gente al rededor queriendo dar sus felicitaciones y buenos deseo por lo que me hago a un lado pero sin alejarme.
Varios integrantes de ambas familias se van acercando y luego se retiran, después de todo la fiesta apenas comienza. Nunca había conocido a más familiares de Aiko, solo a sus padres, por lo que veo a muchas personas asiáticas parecidas por todos lados.
La multitud es grandísima contando a los pocos reporteros que se hicieron presentes, pero entre tanta gente y sobre todo entre tanto chino veo a alguien que llama mi atención en un dos por tres, más alto que el promedio de asiáticos que andan por aquí, cabello negro y peinado hacia atrás, un exquisito esmoquin a la medida color negro que contrasta con su piel nívea, ojos grandes y hermosos con un tono carmín entre el marrón, rasgos finos, con un porte elegante que deja a todos eclipsados convirtiéndose fácilmente en el centro de atención.
Se acerca a los novios alzando las comisuras de sus labios rosas pequeños, sus manos en sus bolsillos y sus ojos brillando.
—Yuuri pensé que no vendrías- Aiko entre lágrimas se lanzó directo al guapo japonés comparto miradas rápidamente con mi hermano, ambos confundidos.
El hombre la abraza también y acaricia su cabellera sin deshacer su peinado, ambos hablan algo en japonés y luego de un rato se acercan a nosotros tomados de la mano.
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¿Bailamos? (Oneshot)
Fiksi Penggemar¿Puede una boda y un japonés desconocido cambiar la vida de un ruso rendido a la depresión y soledad? Notas -No sabia que poner en la descripción. -Los personajes principales (Yuuri y Víctor) no me pertenecen, son propiedad de MAPPA y sus creadoras...