Capitulo 2

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(POV de Alucard)

Besé a Seras pero ella dudaba en corresponder el beso. Le acaricié su cintura, ella se estremeció y empujó mi mano. Seras se apartó y abrió los ojos.

-Eso es suficiente- Ella susurró con severidad, dándome una mirada oscura... que realmente me enciende. Le di una amplia sonrisa y se rio entre dientes ligeramente. Ella se burló y giro los ojos. Su pequeña mano se deslizó en la mía y empezó a guiarme por el pasillo. Sonreí a los chicos que fueron testigos de nuestro beso. Prácticamente frote el rostro de Seras. Pase un brazo alrededor de ella baja de la espalda y la atraje más cerca de mí. La oí chasquear la lengua, pero me ignoro -¿Cuál es nuestra primera clase, Alucard?- Ella preguntó, mirando a las aulas como la hemos pasado.

-Educación cívica, aula 113- Le dije, ella nos dejó en frente a la puerta. Su furia fue reemplazada por el miedo. Se quedó en el salón de clases con nerviosismo. Arquee una ceja ante mi Draculina. ¿Estaba todavía asustada? Suspiré, tomé su mano y la guie dentro del aula. Ella se quedó sin aliento y casi tropezó cuando le obligue a entrar. Algunos estudiantes ya ocuparon el salón, pero el profesor no estaba a la vista. Tres chicas se sentaron en una mesa negra larga, hablando entre sí. En la parte posterior de la clase un niño sentado en la parte superior de la mesa hablando con su amigo que estaba de pie frente a él con los brazos cruzados. En la parte delantera de la clase era una niña solitaria que esperó pacientemente a que la clase comience. Sonreí y mire a Seras que estaba estudiando cuidadosamente cada estudiante. La sala quedó en silencio y todos los ojos se fijaron en nosotros. Mi Childe respiró hondo y agarró mi mano con fuerza. Luego caminó con confianza a la parte posterior de la clase y se sentó en una silla. Miré a los dos hombres más cercanos que miraban a mi Seras. Mi sonrisa se cayó y los fulmine con la mirada. Los dos deben haberme sentido porque ambos se sobresaltaron y me miraron. Tan pronto como vieron mi mirada oscura rápidamente emigraron a la parte delantera de la clase. Me reí y me senté al lado de Seras. Escuché las tres chicas se reían y luego una de ellas se puso de pie. Seras y yo miramos al ser humano como ella se acercaba. La chica no me importó, ya que ella se apoyó en la mesa y sonrió brillantemente a Seras.

-Usted es nueva en esta escuela, ¿no?- La morena oscura pregunto. Seras me miró y luego volvió a mirar a la chica, asintiendo con un movimiento de cabeza -¿Cómo es que no te vi en el dormitorio de las chicas entonces?- Ella ladeó la cabeza hacia un lado, y su sonrisa desapareció.

-Estoy compartiendo una habitación con mi novio...-. Seras hablo, de pronto los ojos del americana se iluminaron, su sonrisa reapareció.

-Dios mío!- Ella chilló. -Ustedes son británicos? Eso es tan lindo!- Seras y yo nos miramos el uno al otro con las cejas arqueadas. Nuestros acentos eran lindos? Miramos hacia atrás en la chcica poco inteligente. Ella se irguió, alisando su falda. -Lo siento- susurró. -Soy Jessica- Ella levantó las manos a la espalda y se tambaleó hacia atrás y adelante.

-soy Seras- Mi Draculina respondió.

-Vamos Seras, deberías reunirte con las chicas- Jessica dijo mientras agarraba la mano Seras y la sacó de la silla -Hey, Nat! Adivina qué?! Son británicos!-

-Dios mío!- Una chica exclamo. -Eso es tan lindo-

-Lo sé, ¿verdad?- Jessica respondió mientras llevaba a Seras a la parte delantera del aula para recibir a sus amigas. Me reí y sacudí la cabeza. Pobre Seras tuvo que hacer frente a estos idiotas. Por el rabillo del ojo vi que alguien se sentó en la mesa junto a mí. Miré a mi izquierda para ver a los dos chicos delante, observando a las chicas que estaban molestando a Seras alagándola sobre su acento.

-¿Cómo lo hiciste?- Preguntó el pelirrojo que estaba sentado en la mesa. Miré hacia atrás a Seras, observándola mientras hablaba con las otras chicas. Lentamente una sonrisa apareció en su cara y ella se rio con las otras chicas. No hice caso de la pregunta del ser humano y seguí admirando a mi Draculina.

El infierno personal de AlucardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora