TMNT-Varios Capítulos De:Por favor vuelve a casa(gatito helado)

la caída de un Ángel

La caída de un ángel

Salió de su habitación, y como cada mañana lo hacía, deseó que él estuviera allí. Pero no, el universo era cruel y no le daba una oportunidad para volver a ver a esa persona tan especial.

Al mismo tiempo que suspiraba, se dirigió a la cocina, sabiendo que la sonrisa con la que lo recibía cada mañana su hermanito, no estaría allí. Allí, solo estaban sus hermanos, su padre y sus amigos, Casey y April. Todos con el semblante frío y triste.

¿Hacía cuánto tiempo que no se escuchaban las risas en esa extraña pero acogedora familia? ¿Dos, tres meses? No lo sabía, pero deseaba que todo volviera a ser como antes. Ser una familia otra vez, volver a sentir esa sensación de que nada malo iba a pasar.

Pero… todo eso se acabó cuando ese pequeño se marchó. Se marchó, y jamás iba a volver.

- Buenos días.- saludó el mayor de los tres hermanos al recién llegado. Frío y directo. Así lo había saludado día tras día desde que él se había ido.

- Buenos días.- le devolvió el saludo el segundo al mando de la familia. Se dirigió a por un vaso de café y unas galletas, se sentó en su sitio y comenzó a desayunar.

Silencio. Un incómodo silencio se formó en la cocina. El padre de las tres tortugas se levantó y se dirigió al dojo.

- No vengáis tarde al entrenamiento, hijos míos.- dijo antes de salir por la puerta.

- Hai, sensei.- le respondieron sus hijos.

Acabaron de desayunar, y se dirigieron al dojo. El entrenamiento pasó con normalidad. Bueno, si a "normal" se le puede decir que nadie hablaba y que los tres hermanos Hamato solo obedecían a su sensei sin rechistar.

Cuando acabó el entrenamiento, se sentó en el sofá y se dispuso a leer un cómic. Sin embargo, no se podía concentrar y resignado se levantó y se dirigió a la habitación de su padre.

- Sensei, iré a dar una vuelta, ¿de acuerdo?- le dijo.

Su padre lo meditó por un momento.

- Sate, watashi no musuko. Tada... chüi shite kudasai. (De acuerdo, hijo mío. Solo… ten cuidado.)- le contestó su padre.

- Hai, sensei.- le respondió.

Salió de la guarida, con sus sais en su cintura y comenzó a correr. Se subió a uno de los muchos rascacielos de Nueva York y contempló el cielo.

El cielo estaba de color naranja, ya que estaba atardeciendo. Naranja… como la bandana de su hermanito.

Sin poderlo evitar, bajó la cabeza para soltar una cuántas lágrimas. Ahora que sus hermanos no lo veían, podía dar rienda suelta a sus sentimientos todo lo que quisiera.

- Mikey…- susurró el ninja de rojo, recordando esas escenas que no quería recordar.

Flashback

Era un día normal en la guarida. Mikey jugando bromas, Raph leyendo un cómic, Donnie encerrado en su laboratorio y Leo viendo "Héroes Espaciales".

De repente, de las alcantarillas, les llegó un fuerte ruido. Fueron a ver qué era, y vieron que era el krang. Estaban escondidos, pero un krang atrapó por detrás a Mikey, tapándole la boca para que no pidiera ayuda y llevándolo a una extraña máquina.