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Tal y como lo oyen, las pesadillas y terrores nocturnos comenzaron a hacer estragos a mi hermana Tn quien a diario iba a visitar la alcoba de  mi madre en busca de protección y alivio.

-Es que acaso no estás ya muy grande como para experimentar miedos nocturnos hija? -Le reprochaba mi madre a mi avergonzada hermana.

Fue así que, días más tarde, mi madre decidió acompañar a mi hermana a su primera terapia psicológica y, orientada por la psicóloga, llegó a la conclusión de que lo mejor era prohibirle a mi hermana dormir con ella para, de esa manera, obligarla a afrontar sus miedos por si sola volviendola independiente y más segura de su persona.

Definitivamente Tn no estaba al tanto de esta nueva medida pues, esa misma noche, cuando pretendía visitar la alcoba de mi madre, se encontró con la sorpresa de que mamá había echado llave a su puerta inpidiendole la entrada.

fue en ese momento que Tn supo que la única opción que tenía era ir a mi habitación en busca de "Refugio y protección" y medio minuto más tarde ya se encontraba ingresando a mi cuarto en medio de la oscuridad de la noche:
-Kiba, estas despierto? -Le escuche decir y en ese momento, abriendo los ojos, le vi acercarse a mi cama de manera lenta pero firme.

-Qué sucede? -Pregunté y de inmediato me pidió permiso para dormir conmigo.

-Qué hay de mamá?

-Me ha cerrado la puerta... Y tengo mucho miedo de regresar a mi cuarto sola.

En un inicio me enfurecí pero era tanto mi sueño que decidí ceder y permitirle entrar a mi cama a cambio de poder retomar mi sueño lo más pronto posible. Y así lo hice pues medio minuto después ya dormía profundamente como antes.


Habrían pasado 2 o 3 horas cuando al darme ganas de ir al baño me pare y salí de mi cuarto. Y, al volver, me di cuenta que mi hermana se había apoderado casi de toda mi cama dejándome tan solo un pequeño espacio junto a ella. No quise discutir así que, sin decir nada, me subí a la cama y, como pude, me recosté junto a ella quedando en posición de cuchara con el pene pegado a su culo.

En ese momento me quede inmóvil, no sabía que hacer. Podía sentir el calor de su culo sobre la punta de mi pene tapado por un bóxer de tela muy ligera.

Nunca antes había pensado en mi hermana de una forma fuera de lo fraternal pero ahora, al sentir ese culo tan redondito sobre mi pene, hacia que mi pene comenzará a crecer y crecer hasta quedar erguido y clavado sobre sus dos nalgas. Pero eso no era lo peor, lo peor era que  así inmóvil como estaba, podía sentir claramente cada  movimiento del cuerpo de mi hermana que de ah ratos hacia por pegar más su cuerpo al mio y lo único que ganaba era restregarme el culo en la *beep* con mayor claridad.

Claramente sabía que, si no hacía algo por evitarlo, tarde o temprano, como estaban las cosas, le rendiria tributo a su culo con una fuerte descarga de semen y eso me aterraba por que temía que mi hermana se fuera a despertar. Y fue precisamente por eso que todo lo que restaba de la noche la pase en vela deseando aguantar más tiempo mi descarga.

Finalmente lo logre y cuando sonó mi despertador, la unica que faltaba por despertarse en la habitación finalmente lo hizo.

-Buenos días Kiba... -Me dijo medio avergonzada al percatarse de lo cerca que estaba de mi cuerpo, De inmediato se alejo y, mientras salía de mi cama y se arreglaba un poco el cabello me dijo: -Por favor no le digas a mamá que estuve aquí o me llevara nuevamente con la psicóloga...

Mi hermana no abandono la habitación hasta que prometí no decir nada y, después  de que ella se fue, no tuve opción que sacarme el pene  y masturbarme frenéticamente pensando, por primera vez, en ella.

Problemas nocturnos (Kiba y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora