II

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Esa misma noche cuando apenas me acaba de acostar nuevamente mi hermana ingreso a mi habitación en busca de asilo.

-Por lo visto esta noche has venido desde temprano... -Le dije y en medio de sus sonrojadas mejillas, admitió que le sería imposible dormir sola nuevamente al menos hasta que se adaptaba a nuestro nuevo hogar. - Anda pues, entra... - Le dije sin estar del todo convencido pues sabía que su presencia haría difícil mi sueño como la noche anterior.
Y fue así que, en pocos minutos, mi hermana parecía estar dormida y yo, al igual que la noche anterior, con el ojo pelón.
Las siguientes horas fueron de batalla mental. Sucumbía ante el deseo de frotarle el pene en el culo como la noche anterior pero me frenaba la moral y el miedo a las posibles consecuencias. Pero conforme transcurrían los minutos, mi pene se iba acercando más y más a su culo hasta que llegue al mismo y comencé a frotar ligeramente.
.-hmm...-un ligero gemido que deje escapar al instante en que mi pene se hundió entre su culo cubierto tan solo por la tela del pantalón. Pero no me detuve, sino al contrario, seguí frotando con más fuerza hasta que un enorme chorro de semen salpicó su pijama sobre la parte que cubría su culo.
En ese momento supe que el desastre debía ser sumamente notable.
Seguramente su pantalón de pijama estaría más que mojado.
Pero afortunadamente al parecer las horas que restaban para despertar hicieron lo suyo y lo secaron.
Aun así, mi hermana no se percató de lo sucedido por la noche, y cuando despertó, a diferencia del día anterior me encontró "durmiendo" y dándole la espalda por lo que sin decir nada se paro y se fue a su habitación antes de que mamá se despertara .
Nuevamente esa noche volvió a mi cuarto pero no tan temprano como la noche anterior lo que me hizo sospechar que quizá intento vencer su miedo pero al no poder nuevamente acudió a mi.
Igualmente espere a qué  pareciera estar dormida para hacer lo mío. Y en eso estaba frotándole mi pene en su culo cómo las dos noches anteriores cuando de repente a punto de descargar mi semen sentí que se movía y posicionándose frente a mi me encaro y me pregunto con coraje:

.-¿Que demonios crees que estás haciendo Kiba ?

.-Me estaba dando la vuelta...eso es todo...-Le dije nervioso.

.-No es cierto...-Me miró fijamente.-pude sentir como te estabas presionando contra mi...no quiero que lo vuelvas a hacer, ¿Entendido?

.-Estamos en una cama sencilla _______ ... eso que tú me pides es imposible... estamos muy apretados...No es mal intencionado...además eres tú la que está causando molestias.

.-Le diré a mamá lo que estabas haciendo...- dijo apunto de llorar

.-Genial...seguramente te volverá a llevar al psicólogo, o peor aún, terminará internándote en un manicomio...después de todo nadie te obligo a venir aquí.

.-¿Por qué haces esto Kiba?

.-No lo puedo evitar...lo hago dormido _______, es muy chica la cama y yo no puedo controlar esto...

.- ¡Pero soy tu hermana !

.- Si pero también estás guapísima... mírate!!!
¿Como me pides imposibles ________ ?
Este último halago parecía calmarla un poco, aún así mi hermana estaba sumamente frustrada y al borde del llanto.

.-Si prometes no hacerlo nuevamente no le dire a mamá...

.-No puedo prometerte cosas que no puedo cumplir... los hombres no podemos controlar las erecciones...

Ahí fue cuando comenzaron a hablar claramente. Sin rodeos, ni indirectas.-Si no te gusta puedes irte a tu cuarto... Yo no soy quien va a buscarte... Ademas no es sano que duermas con tu hermano.
Esa noche mi hermana y yo la pasamos entre discutiendo y hablando del tema. Finalmente no llegamos a nada nuevo y mi hermana tuvo que salir como todas las mañanas a su habitación antes de que mi madre despertara.
Supongo que desde la primera vez que piso mi habitación en la noche fue que comenzó el pecado pues siempre fue a escondidas de mamá.
Esa noche pensé que mi hermana no se presentaría o que si lo hacía lo haría entrada la noche. Mi sorpresa fue mayor cuando mi hermana apareció en mi cuarto vistiendo su pijama incluso antes de que yo entrara en la cama.

.-He venido a dormir contigo... - Me dijo dirigiéndose a mi cama donde nos metimos rápidamente.
No pude evitar preguntarle por el altercado de una manera discreta:
-Que hay de anoche...???
Mi hermana me silencio con una seña y me dijo:
-Durmamos... tan solo durmamos Kiba... no hablemos más del tema por favor...

Aquellas palabras las tome como un banderazo de salida y, con solo darle 15 minutos para que conciliara el sueño y de la manera más descarada que pude imaginar, me baje el bóxer y, con el pene desnudo y duro, comencé a tallarme contra su culo hasta que me vine encima y me desplomé junto a ella.
Mi hermana no dijo nada. Supongo que imagino que aquel sería el precio a pagar por dormir conmigo, y luego de una semana de repetir lo mismo, estaba tan enamorado de su presencia y entusiasmado con mi nueva compañera de sueño y pajas que, cruce el límite de la cordura y me volví más exigente con ella. Por ejemplo:
Ya no solamente me venía una vez en su culo sino que ahora lo hacia 2 o 3 veces por la noche y ya tomaba el atrevimiento de acariciarle el culo mientras le tallaba el pene.
Fue así que comencé a deleitarme con sus curvas y poco a poco fui progresando hasta ya aferrarme incluso de sus senos los cuales acariciaba a mi antojo por las noches incluso por debajo de su pijama.
No sabía hasta dónde esperar de mi hermana y ahora el más interesado en que no perdiera el miedo a dormir sola era yo.

Paso alrededor de 1 mes y mamá estaba feliz con los resultados de su hija al grado de que comenzaba a dejar su puerta nuevamente abierta. Mi hermana ahora era quien la cerraba con llave y le inventaba que de esa forma  se sentía más segura. Y si, de alguna forma tenía razón pues de esa forma se sentía más segura pero de que mamá no fuera a averiguar en dónde pasaba las noches.

Problemas nocturnos (Kiba y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora