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Salimos de la cafetería hasta los solitarios pasillos - ¿Porque nunca cambian el color de las paredes? - Pregunte fijándome bien, era el mismo amarillo chillón que en mi época

- Antonia - Me llamo Cris, preste atención - tengo que felicitarte lo estas haciendo muy bien

- ¿Bien? Mi mama odia a Poché y Pochè ni siquiera recuerda el nombre de mi mama ¿Como se supone que lo estoy haciendo bien? - pregunte mirándola, alce un poco la voz

- Tranquila cariño, no es fácil, pero te diré una cosa, tienes hasta la noche del baile de bienvenida para juntarlas, ellas deberán besarse a las doce y diez ni un minuto más ni uno menos, de lo contrario... desaparecerán  - mi corazón dio un vuelco en una curva mortal, creo que estaba empezando a olvidar mi infancia

- Dios ¿Como voy a lograr eso? Mi propia madre me coquetea - le dije indignada

- Es porque te pareces a Daniela... claro, La Daniela que era esa noche - Me dijo y esas palabras fueron desconocidas para mi

- No entiendo

- Claro que no, eres la hija de Poché - Dijo, la mire con los ojos entrecerrados - Escucha, Calle era una chica tímida, introvertida, asocial antes de esa noche, esa noche Poché la salvo

- Recuerdo esa historia: Ella salio llorando del gimnasio, Poché la siguió, se besaron y bla bla bla - Cris negó con la cabeza ante mi reacción

- Exacto, empezó a salir con Poché y la salvo - mire al vacío recordando todas las peleas

-No lo suficiente - dije Nostálgica - Cris ¿tu piensas... que si... lo hago distinto... ellas nunca se divorcien? - Ella me miró, levantó mi mentón para que la mirara a los ojos

- Eso nadie lo sabe cariño, eso es parte del presente y les corresponde arreglarlo a ellas  - asentí con los ojos llorosos

- Tengo que irme, ve , ve a hacer lo que debes - escondí mi cara entre mis manos y seque mis lágrimas. Cuando abrí los ojos ella ya no estaba

El timbre sonó y una avalancha de gente me azotó contra los casilleros, yo luchaba por abrirme paso entre la gente, y no veía a Mamá, empujaba personas por aquí y por allá  hasta que por fin la vi

- Ma... Calle - salve mi error

- Hola Antonia - Dijo y vi que tenia su mochila puesta

- Hola, eh ¿Porque tiene tu mochila? ¿Ya no hay más clases?

-No. Hoy ya no hay más clases, hoy es viernes - Dijo la tía Pau que apareció de la nada

- ¿Lista? ¿Vamos a tu casa Calle? - Pregunto

- Si. ¿Quieres venir? - Me miró

- Si, igual no tengo a donde ir - Me encogí de hombros

- ¿Qué quieres decir? - Pregunto. Me puse nerviosa, no lo pensé bien antes de decirlo

- Ah.. pues que... soy huérfana - Solo dije lo primero que se me vino a la mente, cerré los ojos al darme cuenta de la tontería que había dicho

- ¿Qué? - Pregunto mamá afligida

-Pues.. si, y me echaron del orfanato porque estoy grande, y se supone que debería ir con una familia adoptiva, pero me escape - Eso, mentirosa profesional, pense con sarcasmo

- Dios, que horror. Puedes quedarte en mi casa todo el tiempo que necesites - bingo

- ¿En serio? Gracias - la abrace, ella correspondió mi abrazo. Hace mucho no abrazaba a mi madre - te quiero - le dije, pude oír como reía

- eres muy tierna - Me aleje un poco

- En serio, gracias - le sonreí

- Como quieras - Ella sonrió con ese aire de "Todo va a estar bien" parecía tener esa cualidad, esa cualidad de decir todo con la mirada, Poché seria una tonta si no logra verlo

- ¿Ya nos vamos? - Pregunto tía Pau

- Claro, Vamos - dije

En el camino a casa ellas hablaban de cualquier tontería, jamás la había visto tan feliz, era hermosa cuando sonreía, tenía una vibra tranquilizante, pacífica pero divertida

Llegamos luego de caminar unas cuantas cuadras, la casa de mi abuela no estaba tan lejos de la escuela como mi casa, entramos por la puerta de la cocina y ahí estaba la abuela ,horneando algo, el aroma dulce se olía desde lejos, ella se veía muy joven y hermosa

- Abuela - murmure. No la había visto desde los siete. Murió de cáncer en el pulmón y volverla  a ver fue demasiado para mi. Unas lágrimas se derramaron por mi mejilla

- ¿Estas bien? - Me pregunto mamá

- Si, eso solo que... nada, no me hagas caso - seque mis lágrimas y sentí el abrazo de mi madre - Gracias Calle - le dije y ella sonrió

- Mamá - la abuela se giro agitando su hermoso vestido amarillo - Ella es Antonia, mi nueva amiga

- Un gusto en conocerla - extendí mi mano, la abuela la tomo sonriendo

- El gusto es mio, puedes llamarme Mafe - le sonreí

- ¿Se puede quedar un tiempo con nosotros... es huérfana y no tiene a donde ir? - le dijo, la abuela se afligio y me miró con ternura

- Quédate el tiempo que quieras,  cariño - acarició mi mejilla

- En serio gracias a ambas - abrace a mi madre y luego a mi abuela

Siempre le había pedido a Dios un día más para estar con ambas, unidas, como en los viejos tiempos, jamás pensé que fuera posible y menos de esta manera pero al parecer mi deseo superó todas mis expectativas

La historia de mis madres || Adaptación Caché Donde viven las historias. Descúbrelo ahora