capitulo 24

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  namjooj  suspiró. —No creo que te odie, jungkook, pero no creoque vaya a ir a casa, tampoco. Ya he hablado con jin ytaemin  por su parte en esto. Ambos son independientes y decarácter fuerte, y ahora son veteranos en la lucha con suscompañeros. Nunca deberían haber permitido que jimin  seinvolucrase tanto, tan nuevo como es en la vida Werekincomo es nuevo en vuestra relación. —Respiró hondo y selevantó—. No hay ninguna excusa para ello, pero tampocopara tu comportamiento.

 —Lo sé, Alfa. Lo siento.namjoon le hizo un gesto. 

—Ven. Dejaré que le veas yhables con él. Todavía está un poco confundido. Me temo quete enfrentarás a un castigo por cómo le has tratado, jungkook . Yaes hora de que los lobos más viejos y algunos de los másjóvenes también, se den cuenta de que las cosas hancambiado. Ya no pueden esconderse detrás de la tradiciónpara excusarse del comportamiento abusivo. Hablaré con Iany decidiré un castigo apropiado por tus acciones. Mientrastanto, no creo que te lastimaría ver a jimin  durante unosminutos, si está de acuerdo. —Salió de la sala del consejo y locondujo por el pasillo hasta sus habitaciones.—Quédate aquí y veré si está de acuerdo en verte.jungkook  estaba de pie en el pasillo, sintiéndose miserable ydesgarrado. Por un lado, necesitaba ver a jimin  casi tantocomo necesitaba el aire para respirar. Por otro, estabaavergonzado y asustado. ¿Qué si jimin  no quería verlo? Opeor aún, ¿y si le decía que lo odiaba y lo rechazaba como sucompañero?namjoon  regresó a la puerta y le indicó que entrara.Suspirando, dio un paso a través de la puerta. jimin  estabarecostado en el sofá, cubierto por una manta, y jin habíaestado leyendo en una silla a su lado. jin  frunció el ceño a jungkook  cuando entró, pero la atención de jungkook  se concentró en jimin . Se había movido a una posición sentada y fuerecogiendo pequeños pedazos de pelusa en la manta, mirandohacia abajo para evitar el contacto visual con jungkook. namjoon  hizo un gesto a jin  para que fuera con él, y losdos salieron para dar a la pareja un poco de intimidad. jungkook  se dio cuenta enseguida de lo nervioso que parecía jimin . Sesentó en el brazo del sofá para darle un poco de espacio.Por un momento, ninguno de los dos dijo una palabra. jungkook se acercó con cautela para tocar el pie de jimin  pordebajo de la manta, pero lo apartó bruscamente.jungkook retiróla mano, literalmente sin palabras. Dio un pequeño suspiroirregular.

 —¿Qué es lo que quieres hacer?Por un momento pensó que jimin  no iba a contestar.Todavía mirando abajo, jimin  dijo: —no lo sé. No quierovolver, sin embargo.A pesar de que sabía que iba a decir esas palabras,todavía golpearon a través de él. 

—Está bien, lo entiendo. —Se puso de pie, tenía que salir de allí antes de que hicieraalgo estúpido, como caer de rodillas y suplicarle—. Si-si menecesitas para algo, sólo dile a namjoon .—No lo haré —dijo jimin  secamente, arrancando sucorazón con esas palabras.—Oh. Bien... bueno... —Retrocedió hacia la puerta, conmiedo de decir otra palabra en caso de que comenzara llorar.Podía sentir las lágrimas atascarse en la parte posterior de lagarganta ahora, amenazando con estallar y avergonzarlo porcompleto. Sin embargo, tenía que hacer la pregunta que eralo más importante en su mente. Tragó las lágrimas y forzó laspalabras.

 —¿Me... me estás rechazando, jimin ?  Hubo un largo silencio y jungkook se permitió sentir un pocode esperanza de que jimin  no dijese que sí de inmediato. Sussiguientes palabras truncaron esa esperanza.

 —Todavía no. No oficialmente, pero no creo quetengamos ningún futuro, jungkook. Realmente nunca quisiste uncompañero humano en primer lugar. Me lo dijiste variasveces. Necesitas a alguien que te permita dirigir a tualrededor, y yo necesito a alguien que me respete.jungkook se volvió a ciegas hacia la puerta, incapaz de decirnada más. jimin  era su vida. No podía vivir sin su pareja. Nopodía vivir sin su alma. Buscaba a tientas la manilla de lapuerta cuando oyó hablar a jimin  suavemente detrás de él. —¿Ni siquiera vas a decir que lo sientes?Se giró de nuevo para enfrentarle, pero no podía hablar.Si lo hacía, los sollozos iban a estallar de su garganta.

wolfsbaneWhere stories live. Discover now