08

2.8K 353 64
                                    

~•~


Hoseok se encontraba realmente feliz de haber recibido toda la ayuda de su nuevo mejor amigo, Zelo.

Bien no se había puesto al día con todo, pero si lo suficiente para llevar adelante las clases.
Solo tenía que sentarse en su escritorio y transcribir lo que había perdido durante toda esa mañana.

Así lo hizo, luego de que Zelo le brindará absolutamente todo, hasta se había ofrecido fotocopiar los tres meses de clases que Hoseok no había cursado.

Al principio Hoseok se negó por no tener el suficiente dinero para hacerlo, ya que aún no habia conseguido un empleo y la beca no cubría demasiados los gastos, Zelo se ofrecio también en solventar todas las copias.

Le faltaron palabras para agradecerle y reverencias, pero Zelo le restó importancia pero si le pido algo a cambio, el que aceptara estudiar con el y Hoseok no pudo aceptar más gustoso.

Luego de un tiempo miró a su reloj, 23:30 pm. Ya era demasiado tarde y aún su compañero de cuarto no había llegado.
No quería decir que estaba preocupado pero si se le hacía raro, porque Taehyung le había advertido de que luego de las 23 hs no se podía andar afuera de las habitaciones.

Así que se estiró como un gatito y froto sus ojos en señal de sueño.

Dispuesto a irse a la cama, ya que debia madrugar; acomodo su escritorio, guardo sus prolijos apuntes, sus carpetas de colores, los apuntes de Zelo que le devolvería apenas lo viera, dejando todo listo para la mañana siguiente.

Miro su horrible cama.
Su lado del cuarto aún estaba feo, no se sentía acogedor. Pensó en colgar los cuadros que había traído de su casa, los que le había robado a  su madre antes de dejar todo atrás y asistir a la universidad.

Busco su maleta, que estaba debajo de su cama, y saco la foto de el junto a sus padres y hermana, de cuando el apenas tenía 13 años y aún creía que viviría junto a sus padres para siempre.
Y mírenlo ahora estudiando para su futuro, una carrera donde podía expresarse plenamente con lo que le encantaba. Bailar y cantar.

El corazón de Hoseok se aceleró y sintió un calambre en su estómago.
Sus ojos se aguaron.

Extrañaba a su familia. Demasiado y más a su mami.

Y es que jamás se había separado tantos de ellos.

Puso aquel marco de fotos sobre su escritorio.
Sonrió.

Lo hacía por ellos, porque la decisión que había tomado en seguir sus sueños no habia sido tomando muy bien por su padre.
El señor Jung siempre había pensado que su pequeño seguiría los pasos de medicina, como toda su familia. Pero lo defraudó un poco cuando Hoseok dijo que quería ser productor de música.

Pero después de todo ver a su hijo bailar y escribir canciones, vio que le hacía realmente feliz.

Los primeros intentos fueron negados pero luego fue apoyado al cien por ciento y Hoseok prometió no defraudarlos.

Iba a ser el mejor, daría lo mejor de sí y conseguiría las mejores notas.

Hoseok se recostó en su cama, suspirando un poco dolido.

El reloj ya había marcado la media noche y el sueño aún no llegaba.

Había algo que lo hacía tensar.

—Jungkook...— susurro.

Y como si por arte de magia la puerta del dormitorio que compartía se abrió.

Hoseok se asustó, se sentó en su cama esperando ver entrar a Namjoon, su compañero.
Pero eso no pasó.

Su respiración se volvió pesada, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, su piel se erizó.

® ROOM ® JUNGHOPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora