t r e s

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Todas las personas que estaban en el restaurante levantaron la vista de sus platos de comida al instante cuando sintieron que la puerta era abierta fuertemente.

Jungkook abrió sus ojos ampliamente cuando vio frente a sus narices a ese chico, TaeHyung, con una herida en la cara que le sangraba manchando así su camiseta color azul, el chico sollozaba fuertemente y de daba pequeños quejidos.

-Ayudenme... Por favor... Alguien... Salvame, Kookie... ¿Si?

Jungkook se sentó en su cama rápidamente sudado y con los ojos llorosos, su respiración estaba errática y sentía su cuerpo temblar solo por el susto.

Había sido un sueño.

Pero lo vió tan real, vió en los ojitos de ese chico todo el sufrimiento que debe estar viviendo.

Definitivamente iba a hacer algo al respecto.

(⚠)

Había pasado una semana desde que el chico castaño no había ido al restaurante, Jungkook se sentía tan, pero tan preocupado en ese momento. Y es que simplemente Jeon sabe que algo anda mal, sabe que TaeHyung no la está pasando bien y necesita ayuda, pero lamentablemente no sabe que puede hacer para solucionar sus problemas...

-Jungkook.-Llamó una voz gruesa y subió la vista del mesón donde se paga y se encontró con el chico recientemente mencionado.-Hola...

-Tae... ¿Cómo estás? ¿Necesitas algo? Te ves fatal...-Los ojitos miel estaban apagados, parecía un papel de lo pálido que estaba, ojos hinchados y su rostro se veía como si hubiera pasado cinco días enfermo.-

-N-no yo solo... Quería venir...

-Es que tu siempre quieres venir.-Rió suavemente y el menor bajó la mirada mordiendo su labio.-Q-quiero decir que... Siempre esa es tu respuesta y yo en serio quiero ayudarte.

-Tranquilo... No necesito ayuda ¿Si? Solo alguien con quien conversar...-Dirigió su vista a unos pastelitos que estaban en la vitrina como pequeñas muestras y sus ojitos brillaron, se le antojaban demasiado.-¿M-me das uno? Se ven deliciosos...

-Oh, mi madre los hace, son su especialidad.-Sonríe y saca uno de sabor a vainilla.-Disfrútalo.-Se lo extiende y el castaño con las manos temblorosas toma el lindo pastelito y comienza a comer de él como si fuera lo más delicioso del universo.-¿Te gustó?..

-Mmmjm.-Asintió con su cabeza adorablemente y Jungkook sonrió enternecido. Una persona tan adorable no puede pasar por tanta mierda...-O-oh...-Musitó luego de comerse todo.-No tengo dinero para pagarlo...

-No te preocupes, yo invito.

-Gracias, Jungk...

-TaeHyung.-Una voz fuerte se escuchó desde la puerta del restaurante a la par que la campanilla rechinaba. TaeHyung abrió sus ojos ampliamente y palideceó más de lo que estaba. El chico recién aparecido se acercó al castañito y tomó su brazo fuertemente apretando la zona.-Vamos a casa, ahora mismo.

-P-pero...

-Pero nada, mierda.-Apretó más fuerte y TaeHyung dejó salir un quejidito.-

-Oye, calmate, él solo vino al restaurante y ya.-Intervino Jungkook desde el otro lado del mesón y el chico le miró con rabia.-Déjalo.

-Es MI puto novio, ¿Lo entiendes? Yo decido donde va, que come, cuando duerme y cuando no ¿Si? Ahora déjame tranquilo y prometo que si vuelves a hablarle a TaeHyung te parto tu puta cara.

-H-hoseok...-Musitó el castañito con los ojitos llorosos.-Basta...

-Vas a ver cuando lleguemos a casa lo que pasa cuando me desobedeces.-Dijo entre dientes pero Jungkook pudo escuchar claramente.-Nos vamos.-Arratró al castaño hasta sacarlo del restaurante y Jungkook solo se quedó inmovil tratando de asimilar lo que había pasado.-

Hoseok, así se llama el infierno de TaeHyung.

I saved you ─ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora