Era más que oficial, era mi primer día de clases.
Para mi era un pequeño comienzo.
Me levanté temprano, como debería de ser, y desayuné como comúnmente lo hago y subí a mi habitación para arreglarme.
Estaba incluida en el concepto de lista. Bien.
Tomé mi mochila y salí de casa. Si no hubiera sido por el trabajo de Robert, de seguro él me hubiera llevado personalmente a la escuela. Pero ser doctor no era un trabajo fácil. Tenía 16 años y tenía dos piernas, las cuáles me funcionaban perfectamente bien así que ¿Por qué no tomar el autobús? Caminé hacia la estación donde paraban los autobuses y abordé el primero que se detuvo.
Genial.
Y en menos de 30 minutos estaba situada sobre mis pies, frente a la nueva escuela. Tomé una gran bocanada de aire y atravesé aquellas puertas blancas. Me dirigí a control escolar, donde me entregaron un horario y me asignaron un aula.
Aula A- 3. Subí cuidadosamente las escaleras, mis nervios empezaron a salir a la luz, las personas caminaban sin cuidado alguno, llevaban prisa, algunos conversaban, otros reían y algunos simplemente caminaban en vaivén. Comencé a buscar el aula, casi hasta el fondo del pasillo.
¡Bingo! La había encontrado.
Estaba a punto de tocar la puerta, pero para mi sorpresa esta estaba entre abierta. Cuidadosamente asomé mi cabeza, teniendo cuidado de no ser vista y gracias a mi eficaz vista, pude percibir muchos alumnos, demasiados alumnos.
Mi corazón empezó a latir desesperadamente, podía sentir pequeñas gotitas de sudor asomándose por mi frente mientras que mi cerebro y mi cuerpo se debatían entre entrar o salir corriendo. Pero gracias a la campana me indicó que era hora de entrar a ese infierno.
Entré y con una mirada de halcón visualicé a la perfección el lugar, sólo me bastaron tres segundos para darme cuenta como era aquel sitio. Paredes amarillas, había laminas pegadas e imágenes que ilustraban muchos temas sobre la adolescencia: sexo, drogas y alcohol. Mis ojos se detuvieron justo en un punto: Marcus Burn. Por alguna extraña razón Marcus estaba en el mismo salón que yo. Busqué asiento y sólo había uno, sólo uno y era detrás de Marcus.
Me sonrió.
Le sonreí fugazmente y concentré toda mi atención hacia el profesor.
Matemáticas.
Soy extremadamente nula en la materia. Como un cojo intentando caminar en línea recta.
Anoté cada cosa que el profesor decía o escribía, supuse que tal vez y me servirían de ayuda.
Clase concluida. Me paré lentamente de mi asiento y salí del salón, miré para poder saber cual era mi siguiente clase. Pero alguien captó mi atención.
- Edelle en el mismo salón que yo, nah, no lo creo - escuché decir a mis espaldas, volteé lentamente y si; efectivamente era Marcus - Interesante - dijo juntado la punta de sus dedos de ambas manos. Volví a mirar mi hoja.
- Literatura, nos toca literatura - agregó con una sonrisa. Bien; esa ladilla claramente no se despegaría tan fácil de mi. Había tratado de evitarlo en todos los sentidos y aún así se ofreció a mostrarme toda la escuela. No podía ser cruel, me resigné y dejé que el me guiara a la siguiente clase.
- Ay no, corre -, susurró jalándome bruscamente del brazo -Vamos Edelle corre, corre -, repitió aún sosteniendo mi brazo, me dolía pero sin embargo no me quejé.
- A donde vas parásito - escuché una voz detrás de nosotros. ¿Parásito? Vaya, en aquella entonces los apodos e insultos eran crueles.
-No te escapas esta vez Burn - dijo un chico parándose frente a nosotros, el rostro de Marcus había cambiado completamente, estaba pálido, nervioso. Podría jurar que en ese instante estaba apunto de orinarse encima.

ESTÁS LEYENDO
With love Elle. [Ed Sheeran]
FanfictionEd, Ed, Ed contaré nuestra historia, porque creo que merece ser contada. Así que no te sorprendas si la escuchas entre murmullos por allí. Prometo no hablar mal de ti o de tu egocéntrica personalidad. En serio, lo prometo. ~With love Elle.